Con toques orientales

Local situado justo detrás del Ayuntamiento de esta población, con capacidad para unas treinta personas, sin luz natural, paredes y techo pintados de color negro y una pared de ladrillos antiguos de barro cocido, la decoración minimalista juega con luces tenues indirectas y focos de luces halógenas en el techo que proyectan un haz de luz sobre cada una de las mesas vestidas con mantel negro y servilletas blancas, platos también de loza blanca.

Además de carta ofrecen dos tipos de menú, el Joan Chapet 25 € más IVA, y el Joan Chap 40 € más IVA pan y aperitivos no incluidos en el precio.

El menú de mayor precio solamente indica que se servirán unas tapas selectas de aperitivo y cuatro platos principales extraídos de la carta a elección del chef. Nosotros optamos por el menú que además de las tapas, sí indicaba los platos que se servirian.

De aperitivo un bloody mary y unas rebanadas de pan tostado, en la mesa una botella de un buen aceite de olivas arbequinas de la D.O. Ciurana y tres tipos de sal distintas, Maldon, negra de Altea y ahumada de Alicante..

Empezamos con las tapas bien presentadas sobre una loseta de pizarra, cornete de humus con semillas de sésamo tostadas, croqueta de merluza con mayonesa de kimchi, chistorra envuelta en pasta filo pintada con salsa teriyaki y chupito de salmorejo.

Seguimos con un curioso Marítim de gin tonic, consistente en almejas y mejillones marinados en ginebra, gambas marinadas en tónica, espuma de limón, polvo de lima, sorbete de cítricos montados sobre fondo de rúcula y puerro crujiente, original presentación servido en copa de gin tonic.

Bloc de foie servido sobre tartar de manzana en teriyaki y brotes verdes cubierto de tartar de gamba, plato también muy original anunciado en el menú como canelón de foie, cualquier parecido a un canelón es pura coincidencia, a mi mujer que es "casi alérgica" al foie no tuvieron ningún problema en cambiarle el plato por un tataki de atún,.

Rematamos con unas láminas de picaña de black angus con puerro marinado en soja, enoki, shimishi blanco y crema de sésamo, buena combinación de sabores.

Tres tipos de pan distintos, xapata, de nueces y de cebolla horneados en el restaurante

De postre un ejecución libre del chef del clásico cheescake.

La bebida incluida en el precio del menú, una botella de agua y una botella de vino o cava, nos decantamos por este último, nos sirvieron  un cava para nosotros desconocido Magrinyà Calaf brut nature reserva elaborado en la población de Nulles en la comarca del Alt Camp y cercana a Valls.

Dos cafés francamente mejorables acompañados de petit fours.

Servicio atento con explicación de cada una de las tapas y platos aunque uno de los dos camareros a fuer de agradar, más que servil roza el servilismo, señores estamos en el siglo XXI, el señor feudal ya no existe y esto queda cursi y roza el ridículo.

Un restaurante al que en varias ocasiones habíamos estado a punto de entrar pero nunca hasta la ahora lo habíamos hecho no nos arrepentimos y al que seguramente volveremos en otra ocasión.