En el pintoresco pueblo de Allepuz, encontramos este restaurante ubicado en la Hospedería Palacio de Allepuz, una de las que componen ese bonito proyecto denominado “Hospederías de Aragón”, que ya cuenta con nueve.

Se trata de un palacio del S.XVI totalmente restaurado. El restaurante lo han habilitado en el antiguo horno, una preciosa estancia alargada con bóveda de cañón.

Bien dotado en cuanto a mantelería, cristalería, vajilla, etc…

La carta está poblada de platos muy diversos, pero con primacía de la cocina aragonesa.

Funcionan con un menú de 24€ (sin IVA ni bebidas) mediante el cual puedes elegir cualquier plato de la carta de los primeros, segundos y postres.

Pedimos:

---Migas al estilo del Maestrazgo. Muy jugosas y con fuerte presencia de la longaniza que le otorgaban ese regusto que busco yo en este plato. Exquisitas.
---Ensalada de sardinas de cubo con pimientos del piquillo. Un poco sosa la combinación, plana.
---Perdiz escabechada con Judías pochas con cortejo de matancía de ibérico. El plato estrella: la perdiz, tierna y sabrosa, sobre un plato enorme de pochas de calidad, que estaban perfectas de textura, cocinadas con trocitos de oreja, morro, chorizo, tocino…
---Ternasco asado al estilo tradicional. Bien asado pero insulso. Hace tiempo que no encuentro un ternasco con sabor de verdad.
---De postres, Yogur de oveja artesano y Capricho de tres chocolates, ninguno de ellos casero pero aceptables ambos.

Carta de vinos correcta, poblada de vinos aragoneses, de entre los que elegimos un Dominio del Maestrazgo (V.T. Bajo Aragón). Tratado sin esmero alguno.

Servicio profesional, elegante y algo altivo.

Una cocina con cierto mérito en un estupendo entorno, lo que le convierte en una opción a considerar si pasas por la zona.