Restaurante al cual acudo al enterarme del cambio de gerencia y cocina. Observe que todos los comentarios de Verema son antiguos y con diferente personal y gestión.
Me sorprende al entrar, perfecta decoración, sillas, mesas, manteles, cristalería correcta o sea muy coqueto.
Un pequeño pero que es las mesas demasiado juntas bueno............
Tienen un menú mediodía, el cual me ofrecen, pero me decanto por la carta.
En el menú mediodía por 19.50 te ofrecen en una carta una extensa gama de entrantes, segundos platos y postres.
La carta mucho mas amplia y sin problema para poder escoger.
Al final me decanto por pedir 3 entrantes "uno de ellos estaba en el menu + segundos platos y postres.
* Carpaccio de carne roja, perfectamente presentado, buena ración y excelente calidad de producto, venia con escamas de queso por encima.
Asimismo nos trajeron sal Maldom y aceite de oliva virgen.
* Pulpo braseado sobre espuma de patata, muy buena ración y perfecta textura del pulpo.
*Hojaldre relleno de marisco simplemente un 10
*Timbal de rabo de toro relleno de manzana y queso, no lo probe pero a mi acompañante, le gusto.
*Taco de atún con salsa agridulce, fue lo que menos me gusto, eso si solicite mas wasabi "joder como picaba"
* Tarta de queso, exquisita
* Sorbete de limón y cava
Añadimos una Alhambra y un Nestea y copa Orujo "invitacion"
La carta de vinos no es muy amplia, pero tenían Pago Carraovejas con lo cual me conformo crianza 25 Euros muy buen precio.
La sala liderada por Ana, se ve tiene escuela y lo hace con maestria.
Es un negocio familiar, pues en la cocina estan Raul y David su marido e hijo.
El restaurante esta en la zona denominada Puertochico y es una excelente opción.
Simplemente volvere
LLegamos apurados buscando un sitio para comer, como tenia buenos recuerdos de este nos acercamos.
Casi llena la sala nos acomodan en una mesa para 2. Correctamente vestida y cristaleria de batalla.
Menu de 20€ con unos 10 platos en cada uno, muy variados. Tomamos:
Verduras salteadas, algo escasa la racion, sosas.
Arroz con verduras, tenia tambien algo de queso para ligar, racion escasa tambien pero sabroso.
Lasaña de salmon, bien de sabor aunque algo seca a la par que contundente.
Lomo de vaca, bien de punto y sabor.
Queso fresco de las jarradillas, correcto.
Para beber vino blanco verdejo y agua.
Dos cafés correctos completaron la comida.
Quizas algun plato flojo, lo recordaba con más cariño.
Restaurante perfectamente descrito tanto en ubicacion como en decoracion en el comentario anterior.
Recibimiento atento a la entrada igual que durante el servicio en toda la comida.
Mientras elegimos, nos traen un aperitivo de colines de pan envueltos en jamon iberico, se agradece.
Para compartir nos decidimos por terrina de foie 14€, algo mediocre, parecida a la que venden en cualquier super y mollejas de lechal encebolladas con hongos 15€, muy buenas tanto de sabor como de textura al igual que los hongos.
De segundos, timbal de rabo de toro con queso de cabra 15€, estaba bueno, pero la salsa llegaba un poco a empalagar y secreto iberico 15€, buena materia y bien de punto.
De postres, helado de yogur bulgaro 5€, muy rico y sobao caramelizado con helado de manzana verde 5€, tambien bastante bueno, se acompañaron de un PX Robles 3€, muy rico.
En apartado de vinos, tienen una carta no muy extensa pero con referencias bastante interesantes y a precios no muy elevados, optamos por Casalobos 05 22€, servido perfecto de tª y en copas bastante decentes.
Terminamos con unos cafes invitacion de la casa.
No es mala opcion en la zona, pero debieran ponerse algo mas las pilas en cocina.
Acudimos 3 comensales a este restaurante de no larga trayectoria, con profesionales de nivel más que contrastado en otros establecimientos de restauración en Cantabria. De los tres, soy el único que no he probado aun su cocina, teniendo los otros 2 muy buen concepto.
Ubicado cerca de Puertochico, lugar de copas, tapas y con un buen numero de restaurantes, de los que podemos llamar “no clásicos”.
Buena recepción, local alargado, con decoración mas bien minimalista, techos algo bajos para mi gusto, mesas bien vestido con mantelería blanca y vajilla, copas y cubertería de nivel mas que aceptable.
De aperitivo junto a dos cervezas y un fino, cecina con unos colines de pan. La cecina buena, sin añadirla nada y es de destacar un color más bien de tipo jamón, sin estar muy curado (sonrosada), al preguntar al responsable de sala, no nos dio ninguna explicación que aclarase nada al respecto.
Hemos compartido, con emplatado individual en la presentación:
- Ensalada de chicharro escabechado y cebolla caramelizada: buen escabeche, la cebolla pasó el aprobado y a mi juicio perdia algo la presentación, al poner en la base demasiado elemento verde, donde predominaba la lechuga.
- Corazones de alcachofas en tempúra con salsa al curry: bien hecha la tempura pero la salsa tapaba a la alcachofa, buena presentación y ración amplia.
De plato un comensal opto por rape al a plancha y dos por timbal de rabo de toro, con queso de cabra.
El rape se había pasadazo en el punto de sal y así se comento al jefe de sala, que en el momento de la cuenta tuvo el detalle de no poner este plato en el debe.
El timbal bien presentado, pero otra vez el acompañante tapaba al ingrediente principal.
De postre solo una persona tomo un helado de requesón.
Carta de vinos imaginativa con clásicos y otros no tanto, con denominaciones y dentro de ellas vinos que no es frecuente encontrar en esta zona. También vinos extranjeros, sobre todo en blanco y Champán.
El servicio del vino, lo habitual, pero con buen temperatura y con un responsable de sala, que medio la sensación de saber y vivir el vino. Los precios del vino ajustado, creo que en general multiplicado por 2. Tomamos Viña al Lado de la Casa 2006 de bodegas Castaño. (22 euros)
Dos cafés y un te verde, petit fours, junto a un Bourbon (con botella depositada en la mesa) y un GT completaron la comida.
No se el precio final de la comida, pero los precios no son altos.
Los tres comensales, coincidimos a la salida que hay que dar más oportunidades al local al suponérsele potencial.
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