Hace, al menos, dos años que no me dejo caer por El Molino. Pero mis recuerdos de este sitio son muy gratos. Celebraciones de cumpleaños de mis abuelos, a comer con mi mujer porque hoy es hoy, "cuñado vamos a comer una carne que te van a caer lágrimas"...
Lo tengo abandonado pero no olvidado. Es que mis abuelos tenían una parcela allí cerca, en Cubas de la Sagre, y ahora ya no vamos casi nunca. Procuraré ir lo más pronto posible, con reserva para no correr riesgos de no poder comer.
Un saludo,
Adolfo Benavente