Otra vez volvimos a esta excelente pizzería de Cádiz. Esta vez pedimos una novedad en de la casa, arroz negro. Nos encontramos con la grata sorpresa de que no era un arroz negro seco, si no como un rissotto. Sencillamente espectacular. Un compendio de sabores empezando por la mantequilla para acabar en un leve toque a azafrán. Fascinante. También tomamos crostinis y ensalada de foie. Y todo maridado con ese excelso moscatel seco de Jorge Ordoñez llamado Botani. El servicio como siempre impecable. La verdad es que Bernardo nos trata muy pero que muy bien.

Nuevo restaurante en el centro de Cádiz ubicado en el local del antiguo Achuri. La decoración es austera, destacando las reproducciones de mapas antiguos de Cádiz. El local se divide en tres estancias, entrada con la barra, otra de mesas, y una interior con más mesas en la que parte de la cocina queda abierta y así se puede ver las preparaciones de la cocinera.

Desde el primer momento los dueños nos atendieron de forma atenta y exquisita. Nos recomendaron como vino un Botani de Jorge Ordoñez, siendo una muy buena elección. Pedimos crustonis, destacando de sobremanera uno con una salsa a partir de olivada, albahaca y algún ingrediente más que queda en incógnita hasta nuestro nuevo intento para que nos lo desvelen, con rulo de queso de cabra. También una ensalada de canónigos, rúcula y foie, aderezada con vinagre de Módena y compota de higos. La pizza marinera que nos sirvieron muy buena, base fina, y sobre todo nada cargante. También unos tagliatele con setas y salsa a base de nata líquida. Temperatura correcta, la pasta bien hervida, ni dura ni pasada. Las setas con un punto crujiente que daba al plato una nueva dimensión.

En definitiva, el servicio, los platos, el lugar son del todo recomendables en una ciudad en la que la competencia es feroz pero que se agradece una nueva propuesta en base a un tema clásico pero con un enfoque diferente.