Masía restaurada con alguna actividad como rebaño de cabras de donde elaboran su propio queso, huerto, y caballos con la posibilidad de paseo por la zona en plena Sierra Calderona. Esta podría ser un poco la presentación de este sitio donde hay un restaurante que ofrece una cocina tradicional adaptada a un menú que va cambiando. Se puede hacer difícil la primera vez que acudes si no vas de la mano de alguien, una vez lo conoces no hay pérdida alguna. El restaurante y sobre todo el paraje merecen la pena.
Buena comida casera con todo lo que encierra este término, sencilla, sin complicaciones y con sabor, también de buenas raciones.
Al centro y para compartir, ensaladas y platos de fiambre con jamón de la zona, lomo, etc.
Buen pan y buen aceite sobre la mesa al parecer también de la zona.
- Olleta segorbina, plato típico y contundente. Manitas, costilla, patata, morcilla y cardo; pese a los ingredientes un poco falto de sustancia, las legumbres son fundamentales y se hubiesen encargado de al menos espesar.
- Garbanzos con mejillones, con esa sustancia que le faltaba al primero, dices tu de las legumbres...
- Paletilla de cordero escabechada, el escabeche no puede ni podrá nunca con el cordero, por lo que al final queda como un ligero toque que hace aún más sabroso a ese cordero siempre y cuando esté bien asado y tierno como era el caso.
- Costillas de cerdo, asadas en horno, crujientes y sabrosas.
Otros platos que no probé, arroz al horno, bacalao, codillo...
Postres caseros.
- Dulce de cuajada, cuajada hecha en molde y cortada en forma de lingotes con dulce de membrillo, muy buena.
- Puding de frutas, aquí ya no podía más pero lo resalto basándome en el comentario de mi mujer.
Café de puchero para finalizar.
De bebida, un cava brut nature del que no memorizo el nombre y que estaba realmente bueno (18 €). Y un Capellana 2008 tinto de Utiel-Requena (12 €), aquí no puedo extenderme mucho ya que lo bebimos con esos vasos de chateo anchos y cortos que son muy dados a ponerlos por el norte. Me reservé el preguntar por las copas para otra ocasión más íntima y en la que así no pueda dar tanto el cantazo, iba con gente que esto del vino no lo vive igual.
Hay también menú para niños, consta de los entrantes comentados sobre la mesa y uno de los primeros a elegir (10 €).
Buena experiencia junto a un nutrido grupo de papás y niños.