Una estrella Michelin muy tradicional.

Iniciar diciendo que es el primer estrellado de clara cocina tradicional al que acudo, y si bien no comimos mal en absoluto, si que encontramos ciertos peros, o por lo menos más de los que esperábamos inicialmente.

Empezando por el local, sólo decir que se trata de un sitio acogedor, casa de estilo antiguo, a juego con la gastronomía que se ofrece, vigas vistas, con techos inclinados, el comedor se encuentra en la planta superior, y si bien no tienen zona de no fumadores, el espacio entre mesas, y el ofrecernos una mesa retirada nos permitió disfrutar de la comida sin humo, ni para nosotros, ni para la pequeña, y todo esto en le marco que supone Aranjuez de por sí. Vestido de mesa, y decoración a la altura. Servicio atentísimo, cercano, amable, desde el primer hasta el último miembro del personal, no faltó ni una sonrisa, ni un jueguecito para el bebé, ni una mala mirada cuando nos tuvieron que ayudar a cargar el carrito hasta la planta superior, si se valorase el trato, se llevaría un 10 como la copa de un pino, he de decir, que inicialmente temía que, por el hecho de ir con un bebé, me fuese a sentir extraño en un restaurante estrellado, pero sólo puedo decir que me sentí como en casa.

La carta de vinos correcta, no se puede decir que destacase sobre manera, pero mantiene unos precios ajustados (Regajal 19€, Petalos 20€, Clio 32€, Finca Sandoval 24), sobre todo para restaurantes de pedigree, tratamiento del vino correcto, el fallo, fallaron mis dos primeras solicitudes, ante la segunda, me ofrecieron un Castro de Valtuielle (19€), que si bien me gustó, quizás le sobraba fuerza para la comida, y quizás un punto alcohólico.

En cuanto al condumio, y puesto que corríamos el riesgo de que en cualquier momento se despertase la niña, no era cuestión de alargar la comida hasta un menú degustación, así que nos decidimos por el classíco, compuesto de:

- Tomate asado a baja temperatura (aperitivo de la casa), cubierto de brotes: sencillez y sabor a huerta de toda la vida.
- Tosta de bacalao marinado: rico, cubierto igualmente de germinados y brotes.
- Huevo de corral en mollet con setas de temporada (angula de monte, cep y no recuerdo que más), igualmente rico, tampoco emocionante.
- Habitas con verduras, lo que dice el nombre, quizás con un caldo de carne muy suave, rico, pero nuevamente se echaba algo en falta.

Al final analizando todos los entrantes uno por uno, hay que decir que todos eran impecables, respetuosos con el producto, buena materia prima, pero quizás la combinación de todos resultaba triste, faltaba algún primero de mayor peso específico gastronómico, saludable a más no poder la selección, pero el cuerpo pedía algo más .

- Merluza gratinada con tomate salteado y patatas. Buen género, respetado, tanto que le faltaba incluso sal, y que la merluza no se encuentra entr emis pescado más llamativos, me dejó un tanto frio. Repetimos con un rico.
- Carré de Merina: que posiblemente fue el peor plato de la comida, aunque no estaba mal, creo que equivocaron dos conceptos, el primero el producto, la Merina es una raza que no me dice nada en especial, acostumbrados a los asados de ternasco (rasa aragonesa) y lechazo churro de vez en cuando, el hecho de que sa merina no me aporta nada, y segundo a ejecución, soy el primer defensor del producto poco cocinado, sangrante, menos cuando se trata de asado al horno, en esa ocasión, el cuerpo no me pide sangre, me pide la carne cocinada, por textura y sabor.

Postres bien a base de selección de quesos y tarta normanda de manzana, clásicos, y suficientes para alguien no muy de postres.

Así que, aunque la comida estuvo en lineas generales bien, o mejor dicho de forma individualizada (salvo la carne), no presentaba ninguna queja mayor, el conjunto acabó fallando. Si por otro lado, después de pagar 75 € por barba sin café, ni copa, la materia prima no supone ni la 4ª parte del precio del menú descontado vino, ni existe una técnica, ni tan siquiera una investigación que pueda repercutir en el precio, sientes que algo falla en la RCP, por lo menos en el menú clásico, y a pesar de que como digo has comido bien, notas que algo falla, quizás la estrella.

No puedo terminar sin agradecer de nuevo el trato recibido por todas las personas que nos atendieron ese día, si no descarto darle otra oportunidad, es por ellos.

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