Correcto sin llegar a la excelencia

Hace unos ocho años estuve comiendo aquí y el recuerdo que tenía era algo más sofisticado de lo que he encontrado ahora. La atención es correcta pero coincido con mi otra crítica en que un camarero (¿sería el mismo?) que nos ha atendido lo hacía "en modo automático" sin ninguna pasión ni arención, como si fuera un restaurante de menú.
La carta es correcta, ni muy larga ni escueta, sobresaliendo los platos de caza. Pedimos dos tipos de arroces (de mariscos y otro con hongos) y en los dos se les había ido la mano con la pimienta tanto que no se podía saborear el gusto real del arroz.
Cecina, jamón, mollejas, callos bastante bueno de entrantes y caza (gamo,jabalí, liebre...) muy bien hecho, presentado y maridado.
El vino (un Enrique Mendoza y un Mauro) excelentes y no excesivamente caros para lo que se ve por ahí.
En resúmen, lo tenía por uno de los mejores restaurantes de Madrid pero no pasa de ser un restaurante correcto sin muchas más pretensiones.
A mejorar: el servicio, a la hora de pedir copas no tienen variedad de marcas, y si eres fumador de puros olvidate de las cerillas de madera...

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