Quizás la clave de su éxito esté en la relación calidad/precio de sus productos, que al ser bastante razonable ha hecho que más personas opten por comer allí directamente en lugar de llevarlo a casa (te sirven y no tienes que limpiar). A su vez es también un lugar de reunión de una parte de la comunidad vasca que habita en Costa Teguise (un buen número de vascos que viven en Lanzarote lo hacen en esta localidad) en el que toman un vino y un pincho al estilo de los bares típicos de allí en compañía de los amigos. Realiza platos sencillos de la cocina tradicional vasca, pasta italiana, cocina oriental, y no faltan en la barra 20 o 25 bandejas de pinchos variados. De la bodega se encarga Dani Cerezuelo, tiene una interesante oferta de vinos, que para las características del local es suficiente.