El restaurante Adolfo es un clásico de Toledo, medalla de oro al mérito turístico en 2009. Mucho nombre, cierta calidad, y precios altos. El COVID le ha hecho cerrar el restaurante del centro de la ciudad, en la calle Hombre de Palo, y refugiarse en un cigarral de las afueras, Bodega y Viñedo de Santa María, muy bien preparado para bodas y banquetes. Cuando no hay evento, funciona como restaurante con un único menú gastronómico. Nos ofrecieron cuatro platos -no muy abundantes- con Boletus y trompetas de la muerte con huevo escalfado -correcto-, flores de calabacín en tempura con pisto manchego -rico-, rodaballo con tomate asado, quinoa y brócoli -conseguido- y perdiz estofada con calabaza y algón otro puré -regular-. De postre, una esfera rosa de caramelo rellena de nata, sobre una confitura -divertido-. El menú tal cual 65 euros. Después los vinos: una carta interesante, con no muy buena selección de los vinos de Castilla la Mancha. Nos presionaron mucho, empezando por el propio Adolfo Muñoz, a tomar los vinos de su bodega. Un buen Syrah reserva de 2014. Sabroso y sin filtrar. Pero a 45 euros. Me pareció feo recomendar como vino de la casa una botella de ese precio. Los cafés y el agua, aparte, claro.  

Asi es como lo definiria, pero por todo su conjunto en general, la atención, el trato, la comida y el vino, pero sobre todo por saber leer lo que de una cena un cliente espera

Lamento decirlo, pero mi experiencia ha sido decepcionante.
El lugar, cerrado y con olor a humedad (por no decir otra cosa).
Servicio lento, muy lento.
La carta de vinos, muy larga pero casualidad que un "simple" Arzuaga crianza ya no les quedaba... De precios ni hablamos, innecesariamente caros: doble y triple de su precio en tienda.
La comida, sin añadir nada nuevo ni elaboración que justifique su alto precio.

En resumen, no es un sitio recomendable en Toledo. Están fuera de precio y creo que viven del nombre alcanzado... supongo que en algún momento con alguna razón... que ahora no existe.

Saludos

Habíamos estado algunos años atrás, con opiniones distintas en el grupo, en esta ocasión unos buenos amigos organizaron la cena y esta es nuestra opinión.
Visitamos la bodega que es espectacular y comenzamos con un pequeño aperitivo en la misma.
Elegimos el menú degustación, tal vez y sin animo de equivocarme diría que solo uno de los platos nos pareció algo mas bajo, pero el resto muy buenos, destacamos la ensalada de hierbas aromáticas con langostino, las tripas de bacalao y el lechón confitado, sin querer desmerecer ni la calabaza con sanguina, el rissoto o....
El vino fue elegido por Javier acertando plenamente en cada una de las 5 botellas que tomamos.
Dos postres y unos petit fours, muy buenos.
El servicio muy agradable y profesional, sintiéndote cómodo en todo momento.
Se paga por lo que se disfruta, de la comida, el vino y el servicio, en perfecta conjunción. La calidad y calidez humana que nos dispensaron Adolfo y Javier completaron una noche fantástica.

He pasado un rato muy agradable. Esta es la impresión que me llevé cuando salí del restaurante. El entorno muy bonito. El servicio, algo más que correcto. Los platos, con muy buena presentación y materias primas de primera calidad. Bien elaborados. Quizás lo más flojito de todo lo que pedimos fue el jamón ibérico, y estaba bien...
En cuanto a la carta de vinos, sencillamente impresionante. En muy pocos sitios de España
se puede encontrar algo similar.
Tras la comida, Javier, nos enseñó la bodega maravillosa que atesoran en un local muy cercano al restaurante. Es digna de verla.
En cuanto al precio, pues sin sorpresas. No es barato, pero en mi opinión la experiencia merece la pena.
Volveré seguro.

¿Restaurante de primera categoría? ¿por qué? maitre de segunda, Carlos que se empeña en vender los productos mas caros de la carta.El sumiller deseando vender vinos que no son de la zona,hasta el punto de no tener en consideración los vinos de pago que existen en castilla la mancha.Al final tomamos el menu degustación que aunque muchos platos poca cantidad.salimos a 80€ sin comer ni beber.No pregunteis en Toledo por el mejor restaurante porque alomejor os dicen éste lugar y no es verdad.Preferible el as de espadas y similares, aunque tradicionales responde.

Vas hasta alli por que has visto y oido sus recomendaciones en ciertas revistas fashion, las fotos que se muestran te invitan a hacerlo y tu vas, y reservas con un mes de antelacion, asi que cuando llegas esperas que el haberlo hecho con tanto tiempo te da la oportunidad de elegir sitio, pues no, no es asi, te meten en una vieja cuadra o establo bajando unos escalones, sin luz, sin aireacion y llena de cutres azulejos, te toman nota de la comanda, pero no te traen la "magnifica carta de vinos", te empiezan a servir la comida y sigue sin aparecer la carta, empiezas a comer y demandas la carta de vinos con energia, el que te atiende sin amabilidad te dice que existe solo una por su volumen y que en cuanto pueda te llegara!!!para no volver jamas.

Tras las muchas recomendaciones decidimos acercarnos, probar y la verdad es que valió la pena.Decoración seria acorde con el tipo de local.La comida estuvo a la altura, pedimos cinco platos para compartir y plato principal para cada uno, variando entre carnes y pescados y como no las setas de temporada.En los postres el sumiller nos sorprendió con un buen carro de quesos.Bebimos dos botellas de pago del ama syrah 2002,servidas en copas riedel,que sinceramente estaban sublimes.Al final de la comida el chef-propietario del local se paso por la mesa para interesarse por el resultado de sus platos en nuestra mesa y fuimos invitados por el sumiller, Javier Muñoz, a visitar la bodega que pasaba de largo como una de las mejores de España y del mundo.En resumidas cuentas visita bastante recomendable.Precio de la comida 4 personas 470 €.

Vuelvo seguro.Me gusto muchisimo y destacaria sobremanera el trato exquisito que recibimos en todo momento.El local es agradable y el servicio de sala muy atento y profesional.La materia prima es de primera calidad y la presentacion de los platos de acorde con todo lo demas.El servicio del vino asi como su asesoramiento,corrio a cargo de Javier,sumiller entendido donde los haya pese a su juventud que te transmite a la perfeccion la pasion por el vino.Pedi un Pago del Ama Cencibel 2002 sencilamente IMPRESIONANTE que fue una mas que agradable sorpresa.Los postres a la altura.La rcp final para mi,fue buena,ya que fui agradablemente tratado u magnificamente servido.Dos personas,dos platos y postre cada uno + vino (el que pedi costaba 75 euros) 214 euros.Finalmente hablamos con Adolfo antes de irnos y tuve la suerte de que Javier me enseñase la maravillosa bodega de la que dispone esta casa que si no es la mejor de España,esta entre las tres mejores seguro.Vayan y no se arrepentiran.

El entorno es magnífico y lleno de historia, una antigua casa judía llena de resquicios de arte Sefardí, la atención fué buenísima, Don Carlos, creo recordar, es el Jefe de Sala, que de un modo cariñoso nos recomendó perfectamente, el Sumiller, un jovencísimo Wine Master, nos enseñó la bodega (era un día normal, y fué temprano) la bodega es de las mejores que he visto en mi vida, también llena de história.
MUY MUY RECOMENDABLE. MARAVILLOSO, y nada de elitista, hay muchas combinaciones de precios.