Apariencia moderna, cocina clásica, concepto divertido

Lo que en su día fue la Hacienda Argentina, hoy sigue siendo un espacio amplio y luminoso que ofrece una cocina clásica puesta al día, mezcla ecléctica de recetario madrileño con otros de la cocina clásica francesa.
Cocina sin demasiadas pretensiones ni sorpresas, pero que resulta muy ajustada de precio. Debe valorarse la flexibilidad de su cocina y tapeo, su oferta de cócteles y su variedad de menús. Todo ello a un precio muy razonable. Menús almuerzo entre semana (15 €), fines de semana (25 €) y menú de la casa 30 € incluido el IVA y sin bebidas.
Uno de estos es temático y varía cada 15 días(el próximo es el Menú Normando). Probamos el de esta semana: Menú Asturiano.
Crema de andaricas (bien), Pastel de cabracho con mostaza (bien), Prueba de fabada (terriblemente salado el ravioli de compango, hay que seguir probando porque falla todo, hasta las fabes que no eran tal), Merluza con salsa de oricios (muy bien), Escalopines al Cabrales (algo correosos) y Arroz con leche (bien).
Carta de vinos escasa, pero con alguna elección interesante. Tomamos Louro do Bolo a 23 euros. En general, servicio amistoso, cercano y correcto.
El menú no me transmitió ni de cerca la esencia de la cocina asturiana, y creo que las propuestas atrevidas fallaron (excepto las salsas), pero aún así me parece un sitio muy recomendable para salir a comer/cenar barato y sin demasiadas expectativas culinarias.