Un lugar a tener en cuenta

Ya había visitado en otra ocasión este local que me dejó un buen sabor de boca.
En esta ocasión fuimos cinco comensales. Optamos por pedir cinco primeros que compartimos entre todos, y a continuación cada uno su segundo plato.
-Los primeros fueron:
Alcachofas rebozadas (muy buenas)... Tempura de calçots y verduras con su romesco (muy buenas)... Mejillones salteados (exquisitos, perfectamente aromatizados)... Croquetas de la casa (buenísimas) y Arroz montañero, en opinión de todos el mejor primero, perfecta cocción... suelto, sabroso, y que tuvieron la atención de servirnos en platitos individuales, cerrando el grupo de primeros platos.
-Los segundos fueron:
Lenguado relleno de gambas (que probé... muy buen sabor, aunque para mi gusto un poco pasado de cocción), Bacalao a la miel (que probé... buenísimo, a destacar su punto justo de sal y su cocción), Rape a la plancha con almejas (no lo probé, pero me comentaron que la cocción y la calidad del pescado eran perfectas), Sepietas con setas (lo probé... la sepia tiernísima, pero el plato resulta un poco "grasiento") y Cochinillo crujiente a la castellana (fue mi plato... bien presentado, crujiente, pero recomendaría una cocción un poco más larga y lenta para conseguir derretir mejor la grasa... no es que hubiera mucha grasa, pero podría haber habido menos... de todos modos, no me importaría volver a pedir este plato en otra ocasión).
-Bebidas, postres, cafés:
Tomamos dos botellas de Páramo de Guzmán Crianza (Ribera), aguas minerales, un solo postre (sorbete de mandarina... correcto) y cinco cafés.

El servicio (una camarera y dos camareros que a lo largo de la cena pasaron por la mesa) y la atención y cordialidad de la dueña, María, una señora cordobesa (creo), fueron sumamente correctos... Su amabilidad (en especial la de la señorita que más nos atendió) hizo que la velada trascurriera tranquila, animada e incluso divertida (un factor que valoro mucho).
El restaurante es un local de decoración clásica, con sillas dispares, grandes y cómodas (al menos la que me tocó a mí, una especie de butacón tapizado de blanco)... Mantelerías y servilletas de algodón, bonita vajilla de platos grandes distintamente decorados. Sin embargo, la cristalería no pasa de un aprobado... es correcta, pero podría ser un poco mejor.

Por último... muy buen servicio de pan (aunque a 3€ por comensal) y un rico aperitivo a base de salmorejo con jamón.

En resumen, un muy buen restaurante que no defrauda... con muy buena calidad de producto y una correctísima cocina --que se hace pagar (250€ los cinco con sólo 1 postre)-- y al que, sin duda, volveré.

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