Acudimos por casualidad, ya que se encuentra muy cerca del Palacio de la Aljaferia. Salimos del mencionado Palacio a la hora de comer y casualmente llevabamos un plano donde se señalaban los restaurante de la "Ruta del Ternasco". Al comprobar que había un cercano nos topamos de bruces con Casa Emilio. Al parecer es un restaurante con gran solera y tradición en Zaragoza, aunque parece que ha vivido tiempos mejores. Fachada de azulejo marrón y puertas y ventanas de madera añeja. Antiguas pegatinas de recomendaciones de guías de los años 80 y 90 en el cristal de su puerta. El lugar está lleno de parroquianos, nada de turistas (buena señal). El aspecto interior es igual al de miles de restaurantes en España, que quedaron anclados en los 70. Se podría rodar una escena de "Cuentame". Las paredes están salpicadas de fotos y dibujos firmadas por gente conocida. Al parecer Labordeta es un asiduo del lugar. También ciertos actores y artistas diveros han pasado por allí. Menos gracia nos hace la caricatura de Emilio (propietario) sirviendo langosta a Fidel Castro, Lenin y Stalin.
Nos colocan en un pequeño comedor interior y nos atienden con simpatía y amabilidad. Comida tipo menú con platos caseros y tradicionales. Raciones abundantes. Buena calidad de la materia prima. A destacar el ternasco, el guiso de garbanzos y la menestra.
Vale la pena tener en cuenta este restaurante y tener reserva tras la obligada visita a la Aljafería.