Con decoracion clasica situado en los bajos del Waldorfs Astoria justo enfrente del Hotel Marriot casi esquina con la calle 48. Muy buena iluminacion indirecta que le proporciona un aspecto intimo, relajante y tranquilo. Desgraciadamente , en las ocasiones que estuvimos, los comensales se encargaron de romperlo con conversaciones elevadas de tono.Al lado, como es bastante comun en la ciudad, tiene un bar de copas y combinados con decoracion elegante. Mesa pequeñas, no muy separadas con cristaleria, vajilla, cuberteria y manteleria de un buen nivel.
En cuanto a la comida lo unico que se puede destacar son las hamburguesas, Con sabor, muy jugosas y bien cocinadas , y las ostras que, aunque el tamaño no era grande estaban buenas. El resto de las carnes, muy grandes , tiernas , pero.....con muy poco sabor. Cuando te la sirven piensas que va aser una cosa y , al probarla , pues eso, decepcion.
Postres siguiendo en la misma tonica , buena presentacion, pero insipidos
Carta de vinos con mayoria de referencias norteamericanas y alguna europea . No es muy amplia , pero los que probe estaban buenos. Hay un servicio de copas que incluye a cuatro blancos y cuatro tintos. No habia dulces. Servicio de vinos flojo. Se limitan a abrir y servir para probarlo. Se sorprenden cuando pides una cubitera para el tinto porque no estaba (ni de lejos ) a la temperatura adecuada.
Buen servicio de sala . Rapido , amable y diligente.
El precio es sin vinos