Buenas impresiones

Después de ganar una estrella Michelin con su restaurante Alboroque, y perderla al año siguiente, Andrés Madrigal ha recalado en la zona de Pinar de Chamartín, tan falta de buenos restaurantes.

Concretamente, lo ha hecho en este Bistró Madrigal 14, situado en el Hotel Mirador de Chamartín, en el espacio que hasta ahora ocupaba el restaurante Arte 14.

Aparte de una carta no muy extensa, ofrece tres tipos de menú bastante atractivos:
- Menú de mercado, con entrante, principal y postre, más copa de vino, por 20 Euros (solo de Lunes a Viernes a la hora de la comida).
- Menú dedicado a un producto estrella, que cambiará cada dos meses (el actual está dedicado al caviar y cuesta 105 Euros).
- Menú Bistró, que consta de 2 tapas, 1 entrante, 1 pescado, 1 carne y 1 postre, por 55 Euros).

El local es luminoso, con grandes ventanales, decorado principalmente en negro y plata,muy al estilo neoyorkino. Cocina parcialmente a la vista. Mesas algo juntas (sobre todo las que se sitúan junto a los ventanales), bien vestidas y con buena cubertería y vajilla.

Andrés Madrigal se encargaba de tomar todas las comandas, atender al público y supervisar desde fuera la labor de su equipo de cocina.

Pedimos el Menú Bistró, y nos pusieron como aperitivo el clásico Hummus de garganzos, que Madrigal lleva sirviendo desde hace años. Muy bueno, para tomar con rebanadas de pan tostado.

Tapas:
Croquetas de jamón, con una suave bechamel con nuez moscada, bien crujientes por fuera y cremosas por dentro. Sabores matizados y suaves.
Huevo hecho a baja temperatura (65º), con caviar. Mezcla que nos resultó sorprendente, equilibrada y contrastada de sabores.

Entrante:
Rissoto de manitas de cerdo al vino (hacen una terrina con las manitas de cerdo y la pican en el arroz), con gambas blancas (troceadas). Un mar y montaña muy sabroso, con el arroz meloso (no caldoso, como en otros sitios) en su punto perfecto.

Pescado:
Salmonete de roca con Caldo japonés (hecho con setas shitake, anís estrellado, comino, etc). Plato arriesgado, con sabores intensos, en el que el pescado podría haber salido desdibujado, pero que resultó bastante equilibrado.

Carne:
Kebab y suprema de pichón, con canela y jengibre, tierra de trufa y piedra de patata y vainilla. Una pechuga de pichón hecha en la salamandra y terminada al horno (tierna, suculenta, en su punto), acompañada de un kebab del propio pichón sencillamente delicioso. El mejor plato de la noche.

Postre:
Cheese cake, una especie de deconstrucción de la tarta de queso, con una buena crema de queso, con migas de galleta, coronados por un delicioso helado de remolacha y fresa (conjunción de sabores muy lograda).
Aunque nos gustó,fue lo que menos nos llamó la atención de la noche.

Atención en sala amable, uno de los camareros (que también estaba en cocina), nos explicaba con orgullo cada plato y, si le preguntabas, contaba cómo estaban hechos.

Raciones nada pequeñas.

Fuimos los primeros que entramos al restaurante esa noche y el ritmo de servicio fue bueno, aunque nos pareció que cuando el restaurante se llenó, a algunas mesas tenían que esperar bastante tiempo entre plato y plato (abrieron el lunes 8 de marzo, con lo cual, no es de extrañar algunos desajustes todavía).

Carta de vinos bastante extensa, con referencias para todos los gustos y bolsillos (aunque con marcada tendencia a marcas "modernas" de precio alto).

Como nota negativa, la ausencia de petit fours con el café (inexplicable en un restaurante de esta categoría).

Dos Menús Bistró (55 E c/u), un buen Abadía Retuerta Vendimia Seleccionada 2006 (27,50 E.), una botella de agua (3 E.), y 2 cafés (4 e. c/u), un total de 149,27 E.

LO QUE MÁS NOS GUSTÓ.
- El plato de pichón, uno de los mejores que hemos tomado. Sin desmerecer el resto de los platos, de notable para arriba en general.
-El local, agradable y moderno.
-La manera de explicar los platos por parte de algunos de los camareros/cocineros.

LO QUE MENOS NOS GUSTÓ
- La ausencia total de petit fours.
- El precio excesivo de cada café (4 euros)

P.S.: la valoración de la cocina, para nuestro gusto, estaría bastante más cerca del 8 que del 7, pero el sistema no permite esta valoración (pasa directamente al 8,5 que ya son palabras mayores).

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