REserva con una semana de antelacion para comer y nos tuvieron que hacer "hueco" por ser solo dos.
El restaurante es acogedor aunque pecaba de exceso de temperatura. El servicio clasico, de los de siempre.. de agradecer.
Pedimos el menu calsotada que incluye bebida y con precio trampa... me explicare luego..
* Pan con tomate. una rebanada sin mas
* Barrita de pan normal ... ojo que luego cobran con las patatas fritas de bolsa
* Esqueixada regulera. con vinagre de modena¡¡
* Escalibada que avisan llega en plato ardiendo pero la verdura esta fria
*Embutidos catalanes. 2 rodajitas de cada .. o sea una por persona. Butifarra negra y blanca de dos tipos y fuet. EStaban buenos
* Calsots. unos 6 por persona. Bien presentados en teja aunque sin papel de periodico sino de carton. Pero el horror HORROR con mayusculas es el romesco. Parecia salsa rosa. No he probado nada mas alejado de esa salsa en mi vida. Por diossss si las venden en La sirena y dan el pego..
* Parrillada de conejo , butifarra y chuletitas de lechal a la brasa. Aqui reconozco que notable alto. Acompañado de mongetes .. que no de judias del ganxet pero estaban buenas
* crema catalana y sorbete de limon al cava. bien
Incluia cava o vino y elegimos cava que es un Brut Marques de concordia correcto.
A la hora de la cuenta. El menu son 35 euros por personas pero....
hay que sumar IVa, 1,50 /pax de la barrita y las patatas y 3 euros de una botella de agua. Total que se va a 42 euros por barba.
Te dan el babero reglamentario que por supuesto pagas con creces-
El balance no fue malo pero solo lo recomiendo a quien no haya tomado calsotadas medio autenticas. Esta calsotada es de broma..
Fuimos 6 amigos al restaurante que está en Cartagena, 104. Decoración agradable, elegante, algo juntas las mesas y bastante ajetreo. Servicio dispuesto aunque algo mecánico.
Tomamos el menú calçots (35 euros + iva) que contenía: Embutidos, Pa amb tomaquet, Exqueisada de bacalao, Escalivada, Calçots con salsa romescu (lo mejor), Fuente de butifarra, conejo y chuletillas de cordero con mongetes y postre (crema catalana o sorbete al cava).
Puede parecer abundante, pero las raciones fueron algo escasas y sin brillantez. Falta de sabores. A lo mejor a la carta varían las impresiones.
Aparte cobran el cubierto (1,5 euros) pero no va acompañado de ningún aperitivo.
La carta de vinos escasea en referencias actuales interesantes y menos aún en vinos catalanes. Los vinos de la casa no están a la altura necesaria. Sólo ofrecen un tipo de vino blanco por copas y no es presentable. Cambiamos el vino de la casa (Vega Ibor) por Teófilo Reyes y nos hicieron un buen precio (8 euros de incremento). Invitan a chupitos al finalizar.
Excepto los calçots que bien merecen una vista, no me causó muy buenas sensaciones.