Un desastre. Qué manera de arruinar un local en un lugar como La Patacona

Un desastre. Qué manera de arruinar un local en un lugar como La Patacona, instalaciones con decoración de diseño, pero con un servicio pésimo, caótico, mal dirigido y una carta de platos justa y llena de faltas de ortografía como miscuit (sic) de pato con sal mandon (sic 2), por ejemplo.

El súmum de la incompetencia llegó en el inicio con la elección del vino. Después de pedirlo una vez (Viñas del Vero Gewürztraminer), acudieron tres, sí tres, nuevos camareros a preguntar qué vino queríamos. Cuando apareció la ansiada botella (25 minutos de reloj desde que nos sentamos y no estaba lleno) lo traen del tiempo y encima la camarera miente diciendo que estaba frío, cuando evidentemente no lo estaba. Ante nuestra reacción, cambia el discurso y dice "bueno, muy frío no está. ¿Les traigo cubitera?". Gran pregunta para poner a tono un vino blanco, que al final cogió la temperatura casi en los postres. Por cierto, la cubitera, con servilleta de papel y sucia incluida. Plas, plas.

Además el "miscuit" estaba deshecho por su elevada temperatura; gulas con gambas insípidas y atún a la brasa frío, el pan pasado y muchas ganas de salir enseguida. La palabra "disculpen" fue la reina.

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