Comida para 15 un sábado, cumpleaños en familia. Nos pusieron en una mesa grande al fondo. En primer lugar, desmentir la información referente al entorno de los últimos dos comentarios. El local ha sido reformado con un toque de frescura y notas de color, una verdadera transformación! La acústica inmejorable, lo cual agradecieron los otros comensales.
Las tapas son tan buenas que la comida fue toda a base de platos al medio. Todo bueno y variado, destacaron la ensaladilla (ya nos habían prevenido), calamares plancha con cebolla caramelizada, tostas de ahumados, y revuelto de champiñones. Para terminar solomillo con patatas y pimientos del padrón. Típicas tapas, con buena materia prima y mimo.
Servicio atento y rápido. De beber pedimos un Rioja crianza, en su punto.
El propietario es un hombre encantador, con mucha energía y ganas de hacerlo bien. Enhorabuena!

Restaurante que pisaba por primera vez, llegamos a las 11 de la noche y pedimos en barra una muy buena ensaladilla rusa ,boquerones sin espina fritos,en el momento,y un revuelto de alcachofas con lonchas de jamon tambien muy buenos Tambien hay mariscos y pescados ,con 5 cañas .Total 34 euros volveremos s tomar marisco en otra ocasion, Servicio rapido y atento

Restaurante situado en la zona final de la avenida Blasco Ibáñez de Valencia.
Tiene una buena barra con productos frescos, con un comedor amplio en su interior.
Comida de grupo en la que nos decantamos por unos entrantes, de buena calidad.
Tomamos una ensalada de ventresca, ensaladilla, croquetas caseras muy buenas, y uno sur boquerones fritos frescos muy buenos.
Terminamos con unas chuletitas has de cordero lechal para compartir también muy buenas.
Un buen sitio tanto para picar como para una cena agradable.
Tomamos un Hoya de cadenas reserva privada, carta de vinos algo escasa y falta de referencias.
servicio amable y profesional