Restaurante situado en el pequeño pueblo de Tollos, en el Valle de Seta, zona especialmente poco poblada de la comarca del Comtat, rodeado de las sierras de Almudaina, la Serrella y Alfaro.
Antigüa escuela infantil, típica casa de pueblo, paredes de piedra a la vista, vigas de madera en el techo y varios comedores a distintas alturas. Dispone de una amplia terraza, con buenas vistas a las sierras circundantes.
Este restaurante está regentado por un matrimonio británico y realiza una comida distinta a lo que puedes encontrar en la comarca, cocina de producto con pinceladas internacionales, que la hacen algo exótica.
La carta está compuesta por cinco entrantes, siete principales (entre carne y pescado) y seis postres, aunque suelen ofrecer alguna elaboración fuera de carta. La vajilla y cubertería correctas sin ser destacables.
La carta de vinos de unas cincuenta referencias está clasificada por tipos y por denominaciones de origen, la selección está bastante bien, pero los precios son demasiado elevados, ya que en la mayoría de las ocasiones supera el doble del precio de tienda. La cristalería es fina, pero normalita. En cuanto al servicio del vino es inexistente, ni tan siquiera la prueba, se abre la botella y se deja en la mesa.
Nuestra experiencia fue para comer y compartimos dos entrantes: esclatasangs (setas) acompañadas de jamón crujiente y una sabrosa ensalada tibia (mezclum, beicon, nueces, ajo y parmesano), seguidamente cada uno eligió un plato principal; en mi caso venado con grosella, que estaba muy bueno, también tuve ocasión de probar el cordero con hierbas de montaña de mi mujer, el cual también estaba muy bueno. Para finalizar, en mi caso un buen pastel de chocolate con helado de vainilla y también probé el estupendo y casero pastel de manzana, acompañado de helado de vainilla, junto con los cafés e infusiones. Tomamos, una botella de agua mineral, dos botellas de litro de cerveza, y dos tintos: viña 105 y dehesa gago, ambos del 2008. Seis comensales por unos 195 euros.
Una opción recomendable y diferente en la zona.
Tollos es un pueblecito de la provincia de Alicante, según ellos mismos el más pequeño, y tienen un restaurante que ya lo quisieran otros.
Está ubicado en lo que fue la antigua escuela de niños. Es un local rehabilitado que mantiene un estilo rústico, con distintos niveles y terrazas para el verano.
Está regentado por un matrimonio británico, la cocina es una fusión entre española e inglesa, con algún toque exótico.
En la carta hay creps de espinacas, ensalada tahilandesa de langostinos, quiche de roquefort, queso de cabra tostaso con chutney de piña, lomo al horno, curry tahilandés, pato a la naranja, cordero asado, bacalao al horno, venado con grosellas, etc. Lo que yo probé estaba bueno.
Los postres también son interesantes, tarta de manzana inglesa, pastel de chocolate, tarta de arándanos y almendras, etc. Todos caseros.
Falla y mucho la bodega, bastante desabastecida.
Los precios sumamente bajos, se come por poco más de 20 euros más el precio de la bebida.