Beltz the Black es el restaurante del Hotel Domine, diseñado por Javier Mariscal y situado enfrente del Guggenheim.Desde hace unos meses ha reforzado su oferta culinaria con el asesoramiento del reputado Chef Martin Berasategui. Este sin duda ha orientado la nave hacia el terreno de la calidad y la creatividad mesurada y controlada evitando caer en excesos supuestamente brillantes que pudieran provocar el estupor del comensal.
Pese a algunos comentarios el Restaurante está situado de forma permanente en la planta baja del hotel aun cuando es cierto que en epoca de buen tiempo habilitan mesas en la azotea (Ignoro si solo para los clientes del hotel o también para el público en general).
En nuestra visita para cenar nos sirvieron por concesión de la casa 2 minientrantes de sabrosa alta cocina (uno de ellos, el famoso Milhojas cramelizado de Foie y Anguila Ahumada de Martin Berasategui)antes de pasar a degustar la comanda que consistió en un plato denominado Bocadito de Vieiras, seguido por un Arroz cremoso de Almejas y Pulpo y como segundo Rape Asado con bomba de queso y algunos acompañamientos más. De postre un Hojaldre fino de manzana hecho al momento. Todo lo degustado muy gulesco, con perfecta ejecución,presentación y hechura. El ritmo de la comida, perfecto. Servicio atento y diligente.
Ahora bien, como nada ni nadie es perfecto, si que se observan algunos aspectos susceptibles de corrección. A saber: No hay excesiva posibilidad de elección en la Carta, especialmente en los entrantes.Hay un Menu Degustación al elevado precio de 100€; Las Raciones son un tanto justas y los precios de los vinos, sensiblemente altos. Al respecto, comentar que pedimos un Muga Crianza 2006, potente pero falto de aroma, refinamiento y delicadeza. Sin estar mal,tampoco provoca admiración.
En resumen un buen restaurante, digno de tener en consideración y que viene a reforzar la escasa presencia en la restauracion bizkaina, de una alta cocina creativa que se controla y no desbarra, pese a lo cual no creo que guste a los seguidores acerrimos del tradicionalismo.

Buen restaurante en un entorno maaravilloso con vistas inigualables. Servicio profesional, sin alardes , pero mostrando una atención correcta . Carta de vinos razonable, con alguna opción interesante fuera de lo habitual. Probamos el menú degustación. En general se come bien, correcto, sin nada destacable ni desdeñable, pero con la sensación de que en el plano estético, presentaciones , ideas y ejecución, el restaurante está por debajo de los grandes, un escalón por debajo. Ya tuve esa sensación hace 4 años, aq han mejorado y corregido ciertas extravagancias y contrastes. Por lo tanto, un restaurante para disfrutar de sus vistas y comer bien aq con limitaciones

Me pareció muy interesante este restaurante en la azotea del hotel con maravillosas vistas al museo, lo mejor, las impresionantes cigalas al carbón, y los petit fours...
Carta de vinos algo corta pero con buenos precios.

recomendable si visitas bilbao.

Tomamos el menú degustación de 60€.Fantástico, de lo mejor que se ofrece hoy en Bilbao. Buena cocina, buen servicio y ambiente agradable.

Restaurante de un hotel de reciente inauguración frente al Guggenheim, de diseño vanguardista.
Cocina moderna e interesante, foie, huevos escalfados con tinta de chipirones... deliciosos.
La carta de vinos es amplia y recoge a las más importantes DOs españolas. Copas y temperatura del vino adecuadas, servicio atento. Precio aprox.(sin vino) : 45 €. Para repetir.