Local amplio con mesas separadas con menús con fecha diaria, de varias opciones con primeros comunes: estofado de carne de cerdo, judias verdes con jamon, macarrones con chorizo y tomate, ensalada mixta y sopa de arroz con picadillo; de segundos platos: filete de ternera en su jugo, costillas de cerdo asadas, sardinas a la plancha y rejos a la andaluza. Se incluye vino de la casa o agua, postre (todos caseros) o café. Todo por 10€.
Para 15€ son los mismos primeros pero con otros segundos como secreto de cerdo a la plancha, chuletas de cordero recental, churrasco de ternera a la parrilla o calamares frescos fritos a la andaluza.
Incluso otro menú de 20€ con otros segundos: chuleta rosada a la parrilla, cordero recental asado, codillo de cerdo cocido y braseado, lubina a la espalda y bacalao a la manchega.
Además hay carta.
Dos para comer y optamos por uno de 15 y otro de 20. De primeros fueron la sopa de arroz con menudillos, bastante prescindible; la ensalada, correcta, fue para el centro de la mesa y pedimos un plato suplementario de capricho: judias con perdiz bien elaboradas: un acierto.
De segundos: calamares frescos rebozados y fritos a la andaluza, buena ración, bien el rebozado y la fritura, pero se le cayó el salero dentro, lástima. Codillo cocido con patatas panaderas, regulares de elaboración, bien hecho aunque algo más graso de lo esperado (quizás sobraba algo de aceite).
Postres: arroz con leche aceptable y un café (¡¡en tazas de propaganda!!). Agua grande (¡¡en botella de plástico!!). Vino de la casa servido en jarra de barro, prescindible.
Las raciones son generosas, pero poco cuidadas las elaboraciones y detalles como las tazas de café, botella de agua grande de plástico,etcc.. Con unos pequeños y no costosos cambios, ganaría mucho. Bastante lleno de gente local.
Después de mucho preguntar y dándonos un paseo localizamos este rte.El comedor no le abrieron y nos ubicaron en un pequeño rincón de 6 mesas que está junto a la barra. Mantel de papel y directamente nos sacaron la carta de raciones. Al advertir que queríamos la carta y tomando la comanda nos cambiaron a mantel de tela junto con las respectivas servilletas y copas de vino de más calidad.El servicio es amable y con ganas de agradar.
Tomamos cocina manchega y consistió en: Asadillo de huerta (8,00). Duelos y quebrantos(8,00) exquisitos y ración abundante y cerramos con una perdiz escabechada entera(14,00) un poco insulsa y falta de caracter en el escabechado. Para beber Finca La Estacada Tempranillo-05 12 meses, vino ligeramente ácido y sin pulir. Un pero: el aceite para aliñar la ensalada que acompañaba le perdiz estaba ligeramente rancia y con sabor a borras.En la carta de vinos predominan los vinos de la zona tales como Martué, Vínculo, Aljibes y los clásicos de la provincia y Mancha, solo 2 Riojas.
No es facil de llegar la primera vez, pero si preguntas, lo conoce todo el mundo y nadie te dice mas que alagos, tanto del Rte como de Julián, el propietário, eso creí era buena señal, y así fué, de veras que el local amplio, limpio y bien iluminado, lleno de gente me dió buena impresión, el ambiente cordial de risas y comentarios de y con los camareros anunciaban un servicio agradable, y así fué, el salón muy bonito, castellano pero sin caer en la rutina, acogedor, limpio y sin mucho ruido, la carta de platos amplia y sin muchas complicaciones, la de vinos más que correcta, pero muy bien de precios y con alguna curiosidad... delata que Julián es más que un aficionado al vino, ´lo ratifica el correctísimo servicio del vino, y las breves y clarísimas explicaciones que nos dió de él. después de comer, beber y echar un buen purito (S.I), pedimos lo que sería "la dolorosa", y no, fué grato comprobar que es una de las mejores RCP de la provincia. Un acierto vamos, para repetir y anunciar.