No entraré más en detalle sobre la decoración del sitio,puesto que el comentario anterior lo resume de una manera concisa.
La comida pues eso el sota caballo y rey a los que nos tienen acostumbrados los restaurantes de esta cadena (y otros similares).
Dos comensales:Como entradas dos empanadillas criollas que sin dejar de ser empanadillas estaban jugosas y con un sabor especiado bastante agradable y una ensalada con pimientos rojos, anchoas y boquerones(éstos últimos bastante discretos en cuanto a calidad, así como las anchoas).
Para continuar pedimos lomo alto para dos con distinto punto de cocción para cada uno.La cantidad era buena y la calidad pues sin ser la mejor carne,se dejaba comer.Desde luego dista mucho de carne como la de Antxorena,Frontón...
La guarnición a elegir fue una ensalada verde.
Para beber pedimos un Gran Colegiata crianza 2004 con un exceso de madera que no nos abandonó durante toda la comida y que lo hizo desde mi punto de vista un tanto "plomizo".
Las copas eran decentes así como el resto del equipamiento de las mesas.
Como al final nos "atizamos"un par de maltas Glennfidich cada uno (y ellos nos invitaron a otro)la rcp del conjunto se ve un tanto desvirtuada.Incluyendo dos cortados y un par de sorbetes de fresa la cuenta ascendió a 140€.
Local con una amplia barra donde se puede tapear. El restaurante empieza a mitad del local. Bien decorado, con iluminación agradable, buena separación de mesas y correcto menaje. Personal muy atento. La carta de vinos, impropia de un restaurante de este grupo con escasas y muy clásicas referencias. Como vino de la casa Azabache.
Para cuatro: una de mollejas de ternera (buenas), un chorizo criollo (correcto), un provolone De Maria (suspenso) y lomo alto para tres personas (buena,62€). Nos invitaron a un postre de la casa, unos panqueques de dulce de leche (bueno). El vino un Enate Crianza Cabernet/Merlot a 18€ (precio desproporcionado). Un GT de Beefeater. Total pagado 134€.
Teniendo en cuenta que pedimos carne para tres, el precio tiene una RCP correcta.