Ante un domingo a última hora en el día de la madre y de viaje, casi de

Ante un domingo a última hora en el día de la madre y de viaje, casi de forma imperativa acudo a comer a este local.

Gran cantidad de gente, ambiente bullicioso y con una decoración básica.

Sorpresa ante el nivel de la cocina, la cual es clásica pero perfectamente elaborada cantidades más que respetables y presentación adecuada.

Postres innovadores y me atrevo a decir que excelentes (¡que torrija¡).

Deseos evidentes de servir de forma adecuada el vino. Los dos responsables de la sala muy agradable con sensación de profesionalidad.

He pasado multitud de ocasiones por dicho lugar sin detenerme (dista 100 Km. de mi domicilio) y tengo propósito de acudir de nuevo en un día no festivo ni fin de semana.

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