Cena para dos un lunes noche: afortunadamente, y por lo leído en el comentario anterior, había únicamente tres mesas ocupadas.
Optamos por un menú 12,90€ por persona, que incluía cuatro tapas a compartir: croquetas de jamón ibérico y de pollo, cazuela de habitas con longaniza, plato de jamón ibérico y sartén con patatas y huevo. El jamón ibérico, lógicamente, no era de bellota pero estaba correcto. El resto de platos, lo esperado: sencillos y bien elaborados, sin ambiciones ni defectos tampoco.
Pedimos una botella de Campillo crianza, a temperatura correcta y en copas normalitas (19€).
El local está decorado con motivos taurinos y folclóricos, con toreros y toreras, en fin... no nos hubiera extrañado ver salir a Manolo Escobar de debajo de una mesa cantando con pasión.
Por lo demás, servicio amable y atento.

Taberna-restaurante de decoración tauro-andaluza (carteles de toros, etc...) tan en boga hoy en día. Bastante variedad de tapas (probamos salmorejo, cazuela de patatas con huevo y jamón, tortilla de camarones, puntilla) bien, pero nada fuera de lo normal. En los segundos, entraña y secreto, raciones algo cortas para el precio (14 euros). Servicio eficiente, local ruidoso. Mantelería y cubertería correctas. No puedo comentar nada de la carta de vinos ni copas, lo siento, ya que no tomamos. Puntúo por obligación. Pude ver que en el aparador disponían de buenos vinos (Pesquera, etc...). Sobre 24 euros por persona.