Un pelin pretencioso

Buen ambiente, mesas separadas, escasa luz, en un entorno de viejo molino con añadidos demasiado visibles y dispares.
La comida: el xato, su especialidad, con la escarola poco escogida y en exceso lavada y poco escurrida (acuosa e insipida), en fin, tan solo correcto. La escalivada francamente bien. Los caracoles (aqui justo al reves, poco lavados) sin gusto, ni salsa alguna durante la coccion, a palo seco y con exceso de sal. Los salvo el allioli y la salsa romesco.
El pollo de coral mal guisado, en cantidad ridicula para ser de corral (como un simple muslito de cualquir burger), mal. El lenguado solo correcto. Y de los posttres a 7€ tan solo destacar un pastel de "garrofes" (algarrobas).
No tomamos vino.
El servio cordial, atento, voluntarioso y sin duda lo mejor del restaurante.
Demasiado caro, por lo que se ofrece. Precio 140€ dos personas.
No justifica el viaje.

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