Local muy agradable y acogedor, decorado con gusto, en pleno casco histórico de Morella. Servicio amable, simpático y diligente. Lleno, por cierto. Carta de vinos interesante, sobre todo si buscas vinos locales. No es barata dicha carta, pero trabaja con vinos económicos. Lo importante (que no lo fue)la comida, me decepcionó. Sentí que los platos pasaban y cierta abulia y decepción se sentaban también a comer con nosotros. En mi opinión y excepto algunas cosas muy concretas, la comida fue intrascendente, sin ningún aspecto destacable o reseñable. Comida correcta, pasable, de las que finalizas y una hora más tarde ya no recuerdas. De esas comidas que los que cocinamos más mal que bien como yo, creemos que podemos repetir e incluso mejorar, o no , carecen de interés, ya muy vistas.Pedimos un menú de 28 euros que finalmente me resultó caro. Una buena croqueta de foié y otra que no recuerdo. Ensalada de quinoa, revuelto de hongos , soso , hasta decir basta, con pocos hongos. Manitas de cerdo a la brasa ( las manitas mejor guisadas), muchas brasa y sosas también.Una pierna de cordero ( con 4 euros de recargo sobre el precio base del menú)que resultó también insulso . Dos postrecitos decentes y nada más. A un Bib gourmand hay que exigirle más, las comidas ni fú ni fá, con buen ambiente...no me valen.Seguramente este restaurante es capaz de ofrecer un menú algo más emocionante
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