A los pies de la Torre Galata nos encontramos con este edificio de corte judio convertido en restaurante en el que nos metimos para tomar una cerveza y seguir camino.

Ambiente relajado, mesas separadas y amplias.

Estuvimos charlando con uno de los camareros, Tuan, si hubiese que definir la palabra "amabilidad" pondría una foto de este hombre, increíble.

Nos explico el tipo de cocina que se daba en el restaurante procuraba atender todos los gustos, así que la carta es amplia, con platos típicos y otros más europeos, de esta parte de Europa me refiero.

Buenas raciones, bien presentadas, los platos de pasta con una pinta inmejorable, sobresalen sobre el resto.

Una vez más comimos con cerveza.

Buen sitio para hacer una parada en el recorrido turístico, y charlar un rato con Tuan, que estará en el restaurante hasta Abril.