Estuvimos cenando alli el otro dia, una sala fascinante pero poco a poco conforme pasa la cena va cayendo, de primeros una coca de gambon bastante buena, una ensalada de pasta sosa e insipida, de segundos una perdiz muy seca y un jarrete de cordero muy bueno y bastante logrado, el servicio algo pesimo, bastante pesimo, ineficaz e inoportuno el servicio del vino bastante mal pero que esperas de un sitio que tiene 28 vinos en carta y tambien 16 aguas.

Local situado en las calles del casco histórico, tienen un restaurante bien decorado en el lateral (no hemos comido o cenado en el) y un bar de tapas con acceso directo desde la calle.
Hemos estado alguna que otra vez y las tapas no están mal, aunque la carta rota poco y le falta por añadir algunas que no aparecen.
Suelen tener algunas opciones tipo oferta (ejemplo, tapa de risoto para dos de presa ibérica con dos copas de vino, 6,00€), en general para tapear no es mala opción.
La carta de vinos no es muy amplia pero en la mayoría de estos, lo puedes tomar por copas, en las horas claves se llena.
El servicio malo, malo, malísimo, mal atendidos, mil repetición y reclamación de las tapas pedidas, llegando al extremo de cabrearte y ser hasta borde, por que la hora ya no permitía buscar otro sitio, si no con las tapas se hubieran quedado.