Simplemente quiero decir que aquí, de la mano de Bernardo Marco, he(hemos) comido el mejor MENU del día de toda mi vida. INCREIBLE, Éramos cuatro personas y tomamos, sopa de Galets y lentejas (2x2), de segundo Solomillo de Ternera (2 y vaya par de solomillos, calidad, calidad), chipironcitos con ensalada de esquerola ( ni más ni menos que una docena de ellos) y chuletitas de Cabrito (deliciosas). Postres, tarta de Santiago, Naranja pelada y con Miel y Flan casero de café. Por supuesto, cafés y copita de Mistela para el que quiso o pudo tomar.
Sugerencia, no conducir si recomendáis este sitio después de comer, porque lo que peor me sentó es no poder regar la carne con un buen tinto.
Sinceramente recomiendo este pequeño restaurante (máximo diría que caben unas 20 comensales) por el trato familiar, la calidad del producto, y las manos de Bernardo en la cocina.