Gastronomía local, productos de la zona, conejo de granja familiar. El trato al cliente es muy amable; a destacar la materia prima y el cuidado en la elaboración de los platos. RCP: equilibrada. Queso frito con dulce de tomate casero (de agradabilísima textura); mollitas de conejo con ajetes (estupenda, aunque algo aceitosa), un perfecto y memorable gazpacho pinosero, servido con su torta-con-miel; finalizando con el sobresaliente arroz de conejo y caracoles de la casa: 1/2 cm. de espesor de gloria bendita, arroz entero y suelto, realizado con brasas de sarmiento; si hemos de ponerle un pero es la cortedad en la ración de arroz por comensal (¡que hagan la paellera más grande!). Como postres degustamos un abundante, pero más convencional festival de frutas y dulces. Acompañamos con Matarromera Crianza 2005 y EL SEQUÉ 2005. Precio para tres personas, 192 euros. El local agradecería una reforma para aumentar la satisfacción del comensal, pero es adecuado al entorno rural en el que está enclavado. El servicio del vino es mejorable (las copas, la carta, etc.) , aunque no es una demanda de los habituales del local. Notable alto.