A pesar de la renovación que ya le hacía falta, la comida responde al mismo estilo previo. Buen producto de mercado, buen pescado y carne con sabor de restaurante de toda la vida. Es la segunda vez que como tras la restauración, la primera en un reservado, no introduje la nota, esta en el salón abierto
Comida de semi-trabajo.
Carta de vinos, aceptable, muy tradicional, vinos de gama alta no hinchados de precio, vinos de gama baja caretes.
Comida sin complicaciones basada en el producto. Bebimos Luis Cañas Crianza a 25 euros botella. Postres tb clásicos generosos en la ración.
Camareros intentando agradar. Buena labor
Creo que huyen del concepto de Marisquería que teníamos antes de este establecimiento
Invitado