Mediocre, mediocre

Me llevaron unos familiares a este restaurante y ciertamente no nos entusiasmó. Local muy amplio, con suficiente separación entre mesas, con estupendas vistas a la playa. El ambiente es una mezcla de comidas de grupo (había un bautizo a nuestro lado), todos vestidos para la ocasión, y a su lado dos parejas con ellos en camiseta de tirantes y bermudas de playa. Servicio eficiente y atento, aunque algo lento a los postres. Invitaron a un chupito cuando nos trajeron la factura.
La carta se centra en variedad de arroces (nos pidieron elegir el arroz durante la reserva telefónica) y parrilladas de carnes a la plancha (ternera e ibérico).
Comida para 10 pax.
Entrantes: 2 de ensalada de pimientos asados con anchoas y bacalao (bien las anchoas, pésimo bacalao, puro chicle). 2 de chopitos fritos (tiesos a más no poder). 2 de calamar a la plancha (en este caso, bien, bien).
5 raciones de arroz con rape y verduras y otras 5 de magro y verduras, para compartir por todos. Por supuesto las sirvieron sobre el mismo plato. Los dos arroces sabían exactamente igual. En cualquier caso no valían gran cosa (el tener que encargarlas no garantiza el resultado).
Postres: Atractivos. Algunos realizados por el maestro Torreblanca. Solo se pidieron 8 postres: 4 ensaladas de frutas frescas(abundantes y variadas), una bomba de chocolate (bastante buena), unos higos secos pasados por la plancha y al whisky con helado de jijona, y dos de crepes rellenos de no recuerdo qué y con helado de jijona.
Vinos: Carta más que suficiente (para el local que es) con bastantes cavas, algunos champagnes y blancos con varias D.O. presentes. Me pareció más atractiva la de los tintos conservados en armarios climatizados. Precios razonables. Pedimos 2xMuga Fermentado en Barrica 2007 (13,50€) servidos bien de temperatura pero en copas de batalla. Te sirves tu mismo de la cubitera.

Precio total: 293€ (inc. IVA y pan y servicio 1€). Hay que incluir varias cervezas y refrescos de aperitivo.