Restaurante del Hotel Brown de Londres, situado en una de las mejores zonas (Mayfair) y que se compone de dos hoteles reformados (el referido y el Saint George). El restaurante es clásico a más no poder (maderas, moqueta, calor), pero tanto la vajilla como mantelería y atención al cliente son impecables. Tan impecables que en ocasiones llega a agotar por exceso (camarero que te pone la servilleta, otro atentísimo a la cantidad de agua que te queda en el vaso para reponerla con la velocidad de un guepardo, etc...) Demasiada ampulosidad. Cocina clásica inglesa con toques "reformistas" en una carta que pese a la buena voluntad del maitre (por supuesto, no hablaba español) y a nuestro apañado inglés, no pudimos descifrar algunos platos. Tomé hígados de pollo y un asado de ciervo, todo bastante bueno. Petits fours invitación de la casa y buen café. No puedo comentar carta de vinos ni servicio. Lo siento, puntúo por obligación. Caro, como el hotel.