Algo más que un sitio famoso

Cuando dices que vas a cenar a Flanigan todo el mundo te avisa de que es un sitio de "famoseo" dando a entender que la cena será cara (cierto) y no muy buena (falso). Además te recuerdan que tienes que pedir su excelente tarta de manzana (casi cierto).
Llegamos al restaurante a la hora prevista y vemos una terraza enorme llena hasta la bandera. Nos preguntamos de cuanto será la espera ...respuesta CERO, nos llevan hasta una mesa en primera linea preparada para dos comensales y nos dicen si queremos tomar algo. De paso nos dejan las cartas. Pocos segundos después aparece otro camarero con una carta de vinos presentada sobre una tabla de madera (parece la tapa de una caja de vino). En la carta hay una buena selección de vinos nacionales y extranjeros incluyendo algunos de los grandes franceses. Hace un calor de muerte y optamos por algo fresquito. Tattinger Rose Comptes de Champagne. Les costó "encontrar" la botella pues parece que a partir de un precio confirman si el pedido es correcto para evitar sorpresas. El servicio consiste en abrir y dar a probar.
Llega la "jefa de sala" nos dice lo que hay fuera de carta y optamos por picar al centro
-Jamón 5j cortado a mano
-Croquetas de chipirones (muy ricas de sabor y crujientes aunque algo picantes)
-Ensalada de tomates (de muy buena calidad, maduros)
De segundo nos ofrecen probar la langosta frita con huevos, patatas y pimientos. Muy rico, se mezcla en un sólo bocado lo mejor del mar con lo más clásico de la tierra. Plato contundente aunque quizás la langosta era algo más pequeña del peso anunciado.
Por último pedimos (como no podía ser de otra manera) la tarta de manzana, muy fina y crujiente en los bordes acompañada de helado de vainilla. Muy buena pero no excelente, aunque la verdad es que ya no podíamos más y supongo que eso influye.
Por último cafés y un licor de hierbas.
Hay que resaltar que este restaurante funciona como un reloj. Es muy grande, tiene muchos comensales que atender pero la cena no pierde ritmo ni flojea el servicio. Todo lo comido estaba bien cocinado y eso teniendo en cuenta que en la mesa junto a la nuestra pasaron tres parejas y son capaces de recoger y servir un cubierto en cuestión de segundos (es seguro que doblan y triplican la mayoría de mesas) y eso dice mucho sobre su gestión.
En otras palabras, famoseo puede que sí pero cenando bien y con un buen servicio. El precio es sin vino.

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