Tesoro gastronómico escondido.

Gratísima sorpresa me he llevado con este singular rte., sito en pueblo-barrio de Valladolid a tan solo 10 km del centro. Está a la entrada del pueblo en unas casas bajas y la suya destaca por que está pintado de un bonito color "vino", hay que fijarse mucho por que apenas tiene publicidad externa. Acaba de redecorar el local, dándole un aire moderno, con tapas de madera de grandes vinos y botellas (vacias) de las mismas. Es pequeño y solo sirven 22 cubiertos por servicio. La carta prácticamente cambia todos los días y es el mismo Dámaso quién la recita. Hoy tenía 7 entrantes, 5 segundos y 4 postres. La carta de vinos la hay y con cosas muy interesantes y amplia, españoles franceses (Loire, Borgoña, Burdeos, Champagne), húngaros, sudamericanos, abundan Riberas, Toros, Rueda, Méntrida, Valdeorras, pero lo que se estila aquí es que los comensales lleven sus propias botellas y más sorprendente "no cobra el descorche" ni el servicio de copas. El servicio es profesional, atento y sin atosigar, cosa que yo agradezco mucho pues se puede hablar en intimidad. Tomamos: un aperitivo de crema de patata con alcachofa y berberecho, sorprendente fué el resultado (invitación de la casa), después continuamos con los primeros platos: Callos, muy ricos, gelatinosos y melosos (9,00). Arroz con setas (cantarelus, trompetillas de la muerte, boletus edulis y níscalos) y liebre deshuesada(14,00) estaba extraordinario. Y Alcachofas con fideuá de pescado, sorprendente (9,00). De segundos: Solomillo de carne roja, coj.....,sabrosa, blanda y en su punto poco hecha (22,00). Guiso de lengua y morros con puré de manzana y una salsa creo que de oporto, buenisima, melosa y aterciopelada (16). Y unas manitas de cerdo rellenas de Foie de pato, pura gelatina, aunque un poco escasa que luego compensó (18,00) y para sorpresa nuestra el bueno de Dámaso nos cierra la comida con Anguila y setas(trompetillas de la muerte) muy rico (invitación de la casa). De postre, para compartir entre 3 comensales: mil hojas de manzana con crema inglesa y maracuyá, buenísimo (4,50) y Torrija caramelizada Y yo diría que dados los pocos cubiertos que dan imprecdindible reservarcon salsa de maracuyá y helado de coco, riquísimo (4,59). Para beber un ribera del Duero que no conocía: Avan concentrado del 2006 de B. Juan Manuel Burgos (21,00), un gran vino, muchísima fruta y muy equilibrado aún con casi 15º, de cuerpo. Sirven medias raciones por si se quiere probar más platos. Un sitio para volver.Y creo que imprescindible reservar, dados los pocos cubiertos que dan por servicio.

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