Restaurante situado en la p`lanta baja del hotel Cliveden a unos 25 km al oeste de Londres. Ocupa el lugar de la antigua sala de baile cuando la propiedad era una mansion privada. Mesas muy amplias , con muy buena separacion entre ellas. Cristaleria, cuberteria, vajilla y manteleria de alto nivel. De dia es preferible escoger las mesas que estan en primera fila con vista al enorme jardin con vistas al valle del Tamesis. De noche , quizas es mejor , sentarse en las opuestas que permiten una vista de toda la sala.
La carta consiste en escoger entre cinco primeros, cinco segundos y cuatro postres con precio fijo.
Cenamos salmon cocinado a baja temperatura con una salsa de mantequilla de pepino, hinojo y caviar. Plato muy sabroso, excelente materia prima, carnoso y con muchisimo sabor. La combinacion se sabores francamente original, referscante a la vez que potente.
Terrina de foe de pato con reduccion de Jerez. Muy buena la terrina , tanto en textura, como en sabor, pletorico .
De segundos rape a la plancha con aceitunas, pimienta y tomate. Muy buen pescado, prieto, firme y con sabor a mar en cada bocado. Plato de elaboracion sencilla , pero grande en su materia prima. Confit de pato con pequeños vegetales. Vale lo dicho para el rape. Muy buena materia prima, combinacion clasica , sin alardes y resultado correcto.
Como pre-postre , carro de quesos (mayoritariamente franceses, aunque habian dos ingleses) de menor calidad que la que tiene el restaurante de los sotanos del mismo hotel.
Como postre nos decidimos por el chocolate en varias texturas , una seleccion de postres desde el blanco hasta el mas puro.
Muy buen servicio de vino, con carta d evino con deficiencias , no en el numero de referencias, sino en la clase de las mismas. Grandes extremos en cuanto a precios y calidades. Se echa de menos botellas medias y , por supuesto, precios menos caros. Muy buen servicio de sala, tanto en ritmo como en tiempo . Nunca faltaron ni el agua ni el pan. Servicio profesional en su maxima expresion.
En resumen , cocina correcta , basada en la materia prima de muy buena calidad. La tecnica culinaria es buena , pero sin innovaciones ni grandes florituras. El resultado un restaurante correcto.
En cuanto al entorno, eso si que es otra historia. Nada mejor que degustar del expresso con un buen Armagnac en los salones o en la biblioteca . Es como disfrutar del Imperio Britanico.
El precio es sin vinos