1º) Situado cerca del metro de Vitorio Emanuele. Local pequeño con decoración clásica –como cosa curiosa, colección de teteras en las paredes- y montaje de mesas perfecto, quizá con falta de luz, ese ambiente tétrico/romántico a mi no me va, prefiero ver lo que como y leer la carta con claridad. Personal amable y diligente, una de las camareras habla perfectamente castellano. Restaurante de altos humos con cocina correcta, buena materia prima y bien elaborada pero nada más, menú degustación con maridaje 140€ y sin maridaje 110€, nosotros pedimos carta, los entrantes 35€, los primeros 30€ y los segundos 40€, la verdad no lo valen, de primero macarrones a la amatriciana que estaban muy buenos pero son macarrones, tomate y bacon y de segundo solomillo con salsa de albaricoque y polenta.
2º) De postre tabla de quesos a 20€ y como fuimos niños malos y no pedimos menú degustación ni postre pues nos tocaron los petit fours de los pobres –la verdad es que no me había pasado nunca, a todas las mesas unas bandejitas llenas de dulces y a nosotros dos trufas en un platito-. Carta de vinos completa con precios para todos los gustos, nosotros tomamos un Montepulciano de Abruccio a 50€ la botella que no está mal. Total 290€ y nos fuimos a casa sin los petit tours. No volveremos.
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