Un placer para los 5 sentidos

Tanto había oído hablar de este restaurante y tan altas expectativas tenía sobre él, que incluso llegué a pensar que me iba a llevar una decepción, pués nada mas lejos de la realidad.
El local es impresionante, combinación de modernidad con restos de piedra de las excavaciones, precioso de verdad, por poner un pequeño pero, quizás demasiado negro en la decoración para mi gusto, sobretodo en la zona de los baños, aunque me imagino que por el día todo será mucho más luminoso (tendré que volver de día para comprobarlo, ya tengo una excusa para volver, je, je). El servicio es impecable, personal muy profesional y muy atento. La vajilla impresionante en concordancia con la comida. Servicio de vino perfecto, con una extensa carta de vinos.
Y la comida...¡sobresaliente!
Menú degustación muy equilibrado, comenzando con platos muy fresquitos y ligeros, y ascendiendo a platos muy contundentes como el arroz, el pescado y la carne.
Destacan mucho, sobretodo en los entrantes, ingredientes muy refrescantes como la lima, el jengibre, el cilantro, etc. En general, menú muy equilibrado, refrescante, sencillo y a la vez muy elaborado, presentación impecable y menú muy sabroso.
Aperitivos variados:
Brochetita de pulpo
Crema de capuccino
Pastelito de boniato y foie
Ceviche de nabo

Tomate “de penjar” con anchoas y albahaca, el sabor del tomate es intensísimo
Ostra con escarcha, preciosa la presentación, exquisita y muy, muy refrescante.
Caballa sobre un lecho de cogollos
Menestra de verdura, muy bonita la presentación y muy buen sabor
Airbag de yema de huevo y setas variadas, explosión de sabor de la yema
Ventresca de atún con tallarines de nabo, espectacular el sabor y la textura del atún
Cochinillo
Arroz meloso negro con trufa
Espuma de turrón, impresionante la textura y el sabor

Resumiendo, excelente cena en todo su conjunto, un disfrute para los 5 sentidos, un gran equipo detrás con muchas ganas de agradar, donde dejan patente en cada plato la pasión por su trabajo. ¡Un placer!