Pésima relación calidad precio

Fui a este restaurante con motivo de la celebración del Dia de la Madre. Es cierto que es un día arriesgado, pero la mesa, a pesar de haber reservado con antelación, era pequeña e incómoda y colocada al lado de la puerta de entrada.
Me había informado y sabía cuál era el precio medio del restaurante. No obstante, un buen arroz y sobre todo una madre bien valen hacer la prueba.
Cierta decepción nada más sentarnos a comer puesto que hay que pedir varias veces que vengan a atendernos. Es cierto que por ser este día el restaurante estaba muy lleno, pero tras haber pedido nuestros platos, tuve que avisar varias veces para que nos recogieran las cartas de la mesa.
Pedimos como primero un parmesano con piñones que aparece en la carta con un nombre algo más sofisticado que ahora no recuerdo. Realmente no es un primero sino un aperitivo. Unos trozos de parmesano con nueces y tres piñones contados, mientras esperamos el arroz (paella con verduras y pollo de corral).
Cuando llega el arroz nos sorprenden los platitos incómodos en que se sirve cualquier comida. Al servir el arroz, entendemos la razón. Las raciones son sorprendentemente pequeñas (24€/prs. la ración de arroz). Tres mujeres y casi nos quedamos con hambre, si no pedimos un postre para rematar...
El arroz es simplemente correcto. Ni comparación con un buen arroz de chiringuito playero levantino, que es donde, en mi humilde opinión mejor sabe este plato.
No entiendo la calificación y críticas de este restaurante. Uno paga a gusto un alto precio cuando la comida y la calidad del servicio lo valen. Este no es el caso.