Un estándar fenomenal

Manducare dispone de un local muy funcional pero no frío bastante agradable y de un tamaño correcto. Sólo existe un reservado para unas 8 personas que puede ser muy útil. La mantelería es impecable y las sillas y altura de mesas, muy cómoda. No cansa la sobremesa sentado en ellas. De noche es también agradable aunque algún opunto está excesivamente iluminado y echo de menos unas velitas. Cuando ponen música de fondo no está bien elegida, es algo que corregiría.

La barra está magníficamente servida con un buen surtido de tapas de calidad clásicas y modernas pero que no se confunden con los pinchos sino que mantienen el estilo andaluz. Por cierto, es una barra donde los barmen saben como hecer un Dry Martini en condiciones y donde se puede almorzar si se está solo y con prisa.

La cocina está en ese punto entre "de mercado" y "elaborada" que te permite elegir dependiendo no sólo de las apetencias del momento sino también del hambre que tengas.

La carta de vinos es digna pero hay que preguntar siempre pues disponen de muchas más referencias de las que aparecen y aconsejan bastante bien qué tomar según la comida. El vino está bien guardado y lo sirven correctamente.

Destacaría entre los primeros las anchoas preparadas con porra antequerana, la ensaladilla rusa, tienen siempre muy buen jamón y un magnífico foie. Las ensaladas son variadas pero yo no he dado aún con ninguna que me enloquezca.

Los arroces caldosos (con bogavante por ejemplo) y melosos son platos fuertes que hacen bien sin que sean espectaculares. Entre los pescados me gusta como hacen el bacalao, algo menos el rape y el rodaballo. Hay siempre un plato de cuchara del día que conviene consultar.

Las carnes son de calidad. La especialidad es la carrillada de cerdo y el tartare, que aunque no te lo hacen delante, puedes probarlo para ajustar el punto de tu agrado.

Mención especial tienen los postres que son sobresalientes. Especialmente recomiendo un cremosos de chocolate con mousse de hierbabuena y también es bueno el tiramisú.

Es un sitio bueno para ir con amigos, de negocios y, algo menos, aunque también, en plan romántico.

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