Muy cerca de la céntrica Rua Garret, entre los Teatros Sao Luiz y Sao Carlos, se encuentra este agradable local, sin pretensiones, que se anuncia como café pero que esconde detrás una cocina digna de mayores consideraciones. Si tienes la suerte de poder cenar en la terraza, el gran ambiente nocturno de la ciudad, el encanto del lugar y el buen trabajo del equipo que lo lleva, puede que hagan que la velada sea bastante más que buena.
Una ensalada césar bien preparada y unos flanes de queso fresco con salsa pesto y piñones fueron los platos compartidos como entrada. Continuamos con steak con salsa de mostaza antigua y crema de espinacas (formidable), roast-beef a la inglesa con pastel de patatas (muy acertado) y crèpes de camarón con arroz árabe (interesante). El vino, un D.O. Alentejo, Vinha da Defesa de Heredade do Esporao, interesante tinto de crianza, en consonancia con la cena. Manteles, platos y cubertería sin aspiraciones pero correcto, quizá la cristalería es francamente mejorable, pero "hemos hecho guardia en peores garitas".
En resumen, quizá porque las expectativas no eran muy altas, la sorpresa y la satisfacción fueron importantes. (Cuántas veces ocurre justamente lo contrario, verdad?).
Altamente recomendable, me gustaría conocer un sitio así en cada destino.
Incluyendo unas "cervejas" de aperitivo y unos cafés de postre el precio más que razonabl