Y casi de tan correcto, resultó ligeramente anodino, en absoluto se comimos mal, pero tampoco resultó fascinante ni de lejos.

Decoración agradable, muy coqueto, entre andaluza y mediterránea, predominio del blanco, muy espacioso y buena distancia entre mesas, ocupa un chalecito, con su patio trasero, que para el buen tiempo tiene que ser una gozada, y un jardincito en la entrada que también resulta acogedor. Servicio amable y cordial.

Servicio del vino, extraño, intenta agradar, hay una oferta variada en denominaciones y procedencias, aunque escasas de cada una, y ligeramnete caótica, incluída la ubicación de Jumilla en la Comunidad Valenciana, pero se ve buena voluntad, servicio justo, por lo menos en menaje. Precios altos, sobre todo para la oferta, pedimos un Viña Sastre Crianza a 21€, y un Taberner a 29,50 €.

Comimos un Rissotto de hongos (14€), que estaba bien, unos mejillones que no decían nada a 14 €(estilo tigre), una degustación de patés correctos a 16€, un solomilo de ibérico en hojaldre (16,50€) y un entrecotte de ternera (17 €) buenos, todo para compartir entre 6, pedimos un poco escasos, pero es que la mitad veníamos de picar algo por Sevilla. Los postre bastante bien, aunque a 6,50 € cada uno.

Con una consumición a la llegada (cervezas, vinos y refrescos varios), varios oportos para acompañar los postres, cubierto a 2€, aguas y un GT (el resto de copas no las cobraron). 200 € de 6 personas, que puede no parecer tampoco caro, pero hay que tener en cuenta que salimos a 1 plato por cabeza, aunque con mucho chorreo, de todas formas, se puede ir.

Ayer, tras una recomendacion mia, ya que confie en los comentarios de este foro (que enotras ocasiones ha sido un acierto seguirlas, mi mujer hizo una reserva en el Restaurante Huerta de la Merced. El ambiente era demasiado luminoso y desangelado, y dicha luminosidad se encargaba de que no se escapase ninguno de los detalles. El servicio eran estudiantes con buena educacion y poco mas, muy lejos de lo que debe ser un buen profesional. La comida muy mal, pedimos el menu degustacion y no hubo ni un solo plato de los 7 que mereciese la pena, dos entrates frios, lo menos malo, 2 entrantes calientes, mejor no recordar, de pescado lomo de dorada envuelto en carpacio de pato, muy normalito, con doradas de racion de piscifactoria (ningun respeto por la materia prima) un sorbete, que era super dulce, y por ultimo la carne, pechugas de codorniz, que apenas pude probar.
la sumillier no estaba, en la carta faltaban referencias fundamentales y la presentacion de la carta era de un 0. Las copas ademas solo eran imitaciones, al final tomamos una botella de Salmos (bodegas Torres) como el resto de la cena. En definitiva es un lugar lleno de posibilidades que se encargan de despreciar....esta muy lejos de lo que debe ser un restaurante

Local de decoración destacable, en todos claros de inspiración mediterránea. Buen servicio en general, destacando la sumiller, agradable a la vez que profesional. Menú degustación para dos personas. Macarrones rellenos de queso (de cortesía), paté de pescado (no recuerdo si salmón o cabracho, lo siento), tartar de vieiras, langostino en tempura, cocochas de bacalao al pil pil y carrillera ibérica. De postre sorbete de limón. Buen nivel en general, sin que ningún plato destacase por exceso ni por defecto. Quizás se echó en falta un postre menos frío que el sorbete. De vino tomamos un Viña Esmeralda magnificamente presentado, cuidado y servido por la sumiller, que probablemente es lo mejor del restaurante.

Para probar y repetir.

Buena cena anoche en el Rte Huerta de la Merced en Gines, pueblo a 7 km. de Sevilla, en la travesía de la antigua carretera Sevilla-Huelva..
Creo que lleva algun tiempo abierto, pero no lo conocía.
Pedimos menú degustación, que constaba de lo siguiente:
-Laminas de foie con reducción de PX, muy correctas.
-Carpacio de pulpo a la gallega, cortado en láminas muy finas, espléndido plato.
-Ensalada de queso de cabra, canónigos, tomates cherry y miel.
Excesivamente dulce para mi gusto, fue el plato que menos me gustó.
-Langostino crujiente ( con una especie de rebozado de especias) con piña y reducción de PX.
Estaba bueno, aunque le hubiera quitado la reducción.
-Gallo San Pedro en tempura, magnífico plato, quizás el mejor de la cena, el pescado fresquísimo y muy bien frito, el rebozado impecable, cada vez me gusta más ese pescado.
-Magret de pato a la plancha con frutos del bosque, muy bien, el magret de calidad y magnífico de punto.
-De postre espuma de te verde con sorbete de limón, bastante bueno.
Con cafés, 2 cervezas y 1 botella de Quinta Apolonia, que me recomendó la maitre-sumiller ( una chica muy joven, que me dió la impresión de estar puestísima en vinos, aparte de llevar bien la sala) y me gustó bastante, 112 Euros 2 personas, que me parece un excelente precio para la comida.
Destacar la gran carta de vinos que tienen, con referencias muy novedosas, y el excelente servicio del mismo por la sumiller.
Me sorprendió gratamente que un Rte de ese tipo ( la zona es bastante conservadora en lo gastronómico) estuviera prácticamente lleno, un sábado en el que televisaban un partido del Sevilla.
Sitio para apuntar, cocina moderna con buenos productos y excelente servicio, a la que sólo criticaría una excesiva tendencia al empleo de reducciones dulces en platos salados.

Excelente opción en el aljarafe sevillano. Local acogedor, con patio a la entrada, varias salas y terraza en verano. Buena iluminación y a la vez bastante coqueto. Mesas amplias, espacios separados.
Tomamos un entrante templado de carpaccio de canguro con tartar de aguacate y salteado de cherry al pimentón, al que siguió un entrante caliente de rissoto con salteado de magret de pato realmente delicioso.
Siguieron 2 pescados que nos recomendaron: lomo de bacalao confitado con crema de tomate y crujiente de cebolla fresca, muy suave, y merluza a la plancha con crema de nécoras y atadillos de judias verdes, también muy bueno. El postre consistió en espuma de café con leche y helado de Pedro Ximénez.
En cuanto a vinos, nos sugirieron un Marqués de Terán 2005, vino de expresión que fue perfectamente presentado, decantado y degustado primero por la sumiller, para después ofrecérnoslo. Carta de vinos muy extensa y atractiva. Buenas copas.
Un restaurante a tener en cuenta, muy recomendable.