Hemos vuelto este año en el mes de julio y hemos tenido la grata sorpresa de que además de seguir ofreciendo una excelente comida, han mejorado muchísimo la carta de vinos.
Recomendamos el plato típico de Tossa de Mar, el Cim-i-tomba, excelente, que lo acompañamos con un Chassagne-Montrachet 1er Cru. El servicio, impecable.