Local agradable, con una barra bien servida y buenas entradas, una buena selccion de vinos.
Salon interior para cenar (recomendaria de tapas), las mesas muy pequeñas para 4 personas que te hace estar muy incomodo.
Pedimos varias entradas al centro y te las van sirviendo de una en una.
Buenas las croquetas de ropa vieja y el queso de Zamora, aceptable el crujiente de setas de cardo con Ali oli, normal la ensalda de langostinos fritos, pesados los crepes de pulpitos, les sobra el crepe y la salsa que los baña, el rissoto con excesiva mantequilla desilusiona al igual que los postres que no entusiasman.
Con respecto a los vinos una carta aceptable, empezamos con u duraton y terminamos con un cervoles del 97 muy evolucionado con ribetes oxidados en copa, desilusionante, no se decanto ninguno de los vinos, las copas no son las mas adecuadas y si cambiaron las mismas al cambiar de vino.
El servicio correcto sin mas.
La RCP por lo comido alto.
Hay bastantes restaurantes de este tipo por la zona, por lo que habra que probar y de momento este queda relegado a la barra.