Restaurante situado a la entrada de Las Palmas. Hay un parking al ladito. Tiene algunas mesas en la calle y dentro del local muchas más. No se esperen entontrar un establecimiento lujoso ni especialmente decorado: aquí se viene a progar la gastronomía canaría: papas arrugas con mojo, queso canario frito con arándanos, sopa de garbanzas, frituras de pescado fresco, pata de cerdo al horno, calabacín relleno... etc. La carta es bastante amplia. Tienen varios armarios climatizados para los vinos: lo mejor en mi opinión es probar alguno canario, porque de la península no tienen gran cosa. Tomamos uno de El Hierro bastante bueno, en copas de batalla. En una isla donde la restauración está orientada al turismo alemán, donde predominan los garitos de comida rápida, es de agradecer encontrar un sitio típico para disfrutar de una comida casera. 100% recomendable y con una excelente RCP.