Muy bien situado cerca de Triana, agradable local, servicio esmerado, muy buena cocina y precio muy ajustado. Relación calidad-precio excelente. Buenos fondos para arroces y fideuás. Por poner una pega, vendría bien una cubierta con hielo para el cava en lugar de un enfriador de botellas, pero es solo un pequeño detalle que, dado lo bien que comimos y lo que pagamos por ello, acaba perdiendo importancia.

Fuimos a cenar seis amigos este viernes pasado. Llegamos entre las nueve y nueve y media de la noche. Teniamos reserva para las nueve. Primero unas cañitas y unos martinis, a continuación unos chipirones, un pastel de cabracho y unos mejillones. El pastel de cabracho para repetir y hubo alguien que rebaño la salsa de los mejillones. Después tomamos bacalao sobre pisto y arroz de vieiras. Yo que tomé arroz, me pareció perfecto el punto. El bacalao desapareció con los correspondientes barquitos en el jugo del pisto. Los postres, por fin realmente hechos de la casa, en tantos sitios te lo dicen y te decepcionan. Tanto los sorbetes como los bizcochos de chocolate estupendos, vamos que todos no dimos a probar unos de otros. Todo bien regado con un crianza de rioja, no recuerdo el nombre, bien servido y buena temperatura. Después la sobremesa, nadie nos empujo, salimos casi a las dos y media de la mañana, charlando, tomando café y algún chupito, invitación de la casa. TODO PERFECTO, LOS AMIGOS, EL SITIO Y EL AMBIENTE, LA COMIDA, EL SERVICIO, simplemente genial. Que tengamos buen año 2012.