Local de tapas perteneciente a un grupo de hostelería.

Local amplio. Dos barras con algunas mesas a la entrada y comedor en el interior. Público mayoritariamente extranjero, así como el personal. Servicio correcto y algo lento. Mesas muy juntas. Menaje de batalla. Manteles de papel que hacen las veces de carta. Carta en catalán e inglés con unos 60 platos numerados (supongo que para que te entiendan los camareros si pides en catalán) entre montaditos, ensaladas, tapas de carne y pescado, brochetas y bocadillos. También incluye cuatro cervezas de importación. Publicitan vino en los carteles de las paredes, pero no nos ofrecieron carta de vinos. Tampoco la pedimos. Dispone de una pequeña terraza en Pº de Gracia.

Cenamos de tapeo. En mi caso, una ensalada de patata con salmón que no se parecía nada a la de la foto y que llevaba el añadido de mostaza antigua no publicitado, unos insípidos nachos con guacamole con el añadido de unos tacos de salmón que en nada ayudaban, pulpo a feira con el pimentón desbordando los límites del plato y tres mini-hamburguesas con algo cartilaginoso en su interior acompañadas de queso, cebolla y mostaza antigua, la única que me pareció aceptable.

Cuando llegó la cuenta, en mi boca sólo quedaba el sabor del medio litro de cerveza Löwenbräu, servida con apenas espuma y algo más caliente de lo que me gusta, que necesité para pasar la comida.

Al menos la cuenta no subió demasiado... Lo recordaba más caro. Será cosa del euro...

La próxima vez que mi mujer quede con unas amigas para ir a Pº de Gracia, me quedaré en casa.

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