Ha mejorado ostensiblemente

Nueva experiencia en este restaurante, en esta ocasión para cenar. Reservamos mesa en la terraza, bien integrada y ambientada, dotada de buen mobiliario, propio de interior. Las mesas muy bien vestidas y espaciosas y las sillas cómodas. Muy aconsejable en esta época del año, con estos calores.

La carta ofrece una veintena de entrantes (entre fríos y calientes) los cuales es posible degustar tanto en formato de ración, como de media ración, incluso algunos por unidades, también ofrecen cuatro ensaladas distintas. Al mediodía una docena de arroces distintos y algún que otro plato de cuchara “contundente”. En el apartado de carnes cuatro son las opciones distintas y otras tantas elaboraciones de pescado. Aproximadamente media docena de postres cierran la carta. También ofrecen dos menús; uno de siete tapas y un postre a elegir por 25 euros y el otro menú que consiste en elegir tres entrantes a compartir entre varias opciones, un principal y un postre por 23 euros (más iva). Vajilla y cubertería correctas. El la sala ejerce Nacho (propietario) con simpatía, profesionalidad y vocación de servicio, también así el resto del personal.

La carta de vinos de aproximadamente 70 referencias, está organizada por tipos y D.O.’s, multiplica de media por 1,5 el precio de tienda y en algunas referencias como por ejemplo el Santa Rosa, tan sólo un 25% de recargo respecto al precio de tienda (26 euros), por tanto un moderado recargo en el precio del vino. El servicio sigue la liturgia del mismo: presentación, prueba y relleno. La cristalería buena y es cambiada oportunamente con el cambio de referencia. El vino se sirve a temperatura adecuada.

Nuestra experiencia fue para cenar y nos decantamos por el menú de 23 euros que he comentado anteriormente. Nos ofrecieron un aperitivo de bienvenida, consistente en un bocadito de bacon, relleno de berenjena asada y rebozado con queso azul. Como entrantes elegimos:
• Variado de croquetas: de cocido, de jamón, de queso y de aladroc (boquerones), todas de buen tamaño, bien elaboradas y muy sabrosas.
• Revuelto de bolets (setas de chopo) con longaniza. Muy buena materia prima.
• Una correcta ensalada de queso de cabra.

Como principal elegí una bien cocinada pluma ibérica estofada con salsa de mostaza, acompañada de verdura variada al dente en juliana. Muy sabrosa.

De postre: sopa de turrón con hojadre y helado de caramelo.

Para beber tras unas siempre especiales cervezas A.K. Damm, bebimos un Valtosca 2007 y un Santa Rosa 2006, ambos en un buen momento de consumo. Cafés en la sobremesa. Nos ofrecieron algún vino dulce o chupito de licor, que declinamos ya que teníamos algo de prisa.

Desde mi critica anterior, lo he visitado en varias ocasiones, tanto al mediodía, como para cenar y solo puedo constatar que han mejorado ostensiblemente, destacando en el aspecto de la profesionalización de la sala.

Hoy por hoy, muy recomendable.

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