Llegue al mediodía de un mes de agosto a las 14 horas, curiosamente no había nadie y eso no me gusto pero atendiendo a la buena crítica de esta web me senté con mi mujer y esperamos ser atendidos.
Solo había una chica joven para servir, tenía que tomar las nota de las mesas, servirlas e incluso preparar las bebidas tras la barra e ir a la cocina a por los platos, realmente de locos.
Llegamos a ser 7 u 8 mesas por lo que os podéis a imaginar cómo era el servicio.
El menú no parecía estar mal por 13 €, pero teníamos la intención de probar la hamburguesa de sepia y pedimos la carta.
Hasta en tres ocasiones nos dijo la chica que no tenía platos que le solicitábamos, tallarines, callos de rape, hamburguesa de atún, en fin mucha carta pero con poca seriedad.
El servicio del vino simplemente patético, pedimos un Albariño y le reclamamos una cubitera hasta en tres ocasiones, además no sabía abrir las botellas, más bien se pelea con ellas.
Al final pedimos, mejillones al vapor (8 €), pulpo al estilo gallego (9,80€) hamburguesa se sepia (12 €) y rape a la plancha (16 €) mas el postre un mousse de chocolate blanco y una flan de café y chocolate. La cuenta final 77 €.
Lo peor ver como la ración de mejillones era la misma en carta que en el menú, que los postres también eran iguales, en fin me sentí realmente engañado.
La comida no está mal, pero en relación al precio, local y servicio nada de nada.
Mas detalles que recuerdo, creo que éramos la única mesa con carta pero a pesar de ello no teníamos mantel ni servilletas, sin embargo en otras mesas con menú si.
Como curiosidad final, la mesa de atrás se fue sin pagar, una pareja con un niño de 10 años, pobres hasta para robar habían consumido dos menús de 13 € y un menú infantil. Eso si después de ese pequeño altercado apareció gente por todas partes, es curioso ya estbamos todos servidos y los que hicieron el “sinpa” ya se había ido, jejeje.
Local al que solo volveré para comer MENU, claramente es a lo que le dan preferencia.