AGRADABLE SORPRESA

La verdad es que tenía mis dudas al elegir el restaurante con solo dos valoraciones en Verema pero debo decir que todo fue una grata sorpresa. Algo alejado del centro tiene una barra en la entrada y un amplio local con cristaleras a la calle (y donde prefieren que no se fume). Mesas bien vestidas y decoración moderna pero sin pasarse, un entorno agradable.
El servicio muy atento nos ofrece la carta pero al ser la primera visita optamos por el menú degustación (60.-eur)
Tras un detalle de la casa (a destacar una espuma de foie con naranja, un pequeño "pan" con parmesano y una espuma ahumada de intenso sabor) seguimos con el menú
- "Lata de mejillones" montaje en una lata abierta donde tenemos los mejillones sobre una crema que acompaña a los mismos y suaviza su sabor.
- Salmón ahumado al momento. Igualmente abrimos el recipiente para dejar salir el humo y tenemos unas laminas de salmón sobre una crema parecida a un gazpacho que "refresca" el sabor del salmón
- Ingredientes del sushi, es decir unas laminas de atún con el arroz y demás ingredientes del sushi repartidos por el plato para mezclar y comer al gusto. A pesar de no ser amante de la comida oriental reconozco que el atún crudo tenía una suave textura y que la posibilidad de mezclar a mi gusto es una opción para "esconder" el sabor al pescado.
-Foie acompañado por "chutney" de cerezas. Rica combinación de sabores que sirven con pan dulce horneado al momento.
-Panzotti relleno de crema de batata (o algo similar), excelente la mezcla de la pasta con el sabor dulce de la batata.
-Salmonete sobre verduras que no se como lo lograron pero estaban crujientes y combinaba con un salmonete de sabor muy rico y perfecto punto de cocción.
-Cabrito cocinado a baja temperatura, bien resuelto, muy jugoso.
Por último los postres
-Praline con un crujiente de ¿frutillas? que para mi gusto estaba algo suave (me gusta el chocolate negro).
-¿Crema limón y mango? (no estoy seguro de los ingredientes y no recuerdo que gustase especialmente).
Para terminar cafés y mignardies que consisten en unos bombones caseros donde se mezclan chocolates y especias. Mezcla de sabor algo rara pero agradable.
También destacar que el pan se sirve en una bolsa de papel recién sacada del horno con una selección de varios panes (acompañados por dos aceites andaluces).
Para beber tomamos un Laurent Perrier Rosé que acompañó de maravilla toda la cena. El servicio siempre atento a rellenar las copas. Descorchan y dan a probar acercando el corcho a la mesa para comprobar su estado. Quizás lo peor es que los precios son algo elevados y la carta es corta.
Respecto a la comida decir que los platos comidos puede que no sean técnicamente arriesgados pero todo estaba en su punto y se nota muy trabajado tanto las combinaciones como el orden del menú para ir de menos a mas.
Messina sin duda es una opción muy recomendable en Marbella si apetece alejarse un poco de la cocina tradicional de la zona y probar algo más elaborado. Tanto el servicio como la cocina están a un alto nivel.